domingo, 22 de noviembre de 2009

CRÓNICA 21.11.2009 ("¡ESTE ES EL CAMINO!")

RESULTADO: 13-5 (VICTORIA COLOR)

CRÓNICA: a veces resulta difícil escribir un relato de los hechos acontecidos en uno de nuestros partidos y esta es una de esas ocasiones. Si alguien se hubiera acercado por el Blanco White Arena Stadium con tiempo para ver sólo la primera parte, habría quedado gratamente impresionado por la imagen proyectada por el equipo blanco; si, en cambio, hubiera asistido únicamente a la segunda parte, el equipo de color lo habría dejado literalmente sin palabras. Pero empecemos por donde hay que comenzar, por el principio, y pongamos cada cosa, cada frase, cada exabrupto en su sitio, sigamos un orden cronológico que aclare lo vivido en el BW Arena Stadium.

Con una puntualidad que casi rozaba la exquisitez, nos presentamos los 10 valientes de turno para desarrollar nuestras habilidades balompédicas. Eduardo ya mascullaba que veía la cosa más bien negra, como los cojones de un burro (permítaseme la expresión castrense), dados los antecedentes y la composición de los equipos, con jugadores a priori más rápidos en el equipo coloreado. Y comenzó el encuentro y efectivamente, al poco tiempo los coloreados, merced a un gol de Dani, se adelantaron en el marcador, amén de algunas oportunidades claras falladas (el que esto suscribe se encargó de fallar alguna, que conste). Pero no era un dominio claro el que ejercían los coloreados y los blancos, con Guti en plan organizador, Eduardo con su control de balón, Luis y Fernando con su fiereza en defensa y Gabi con su punta de velocidad algo mejorada, comenzaron a imponerse y suyo fue el control del partido durante toda la primera parte (50 minutos sin parar). Gabi conectó un buen cabezazo, empate a uno, con posterioridad los coloreados volvieron a adelantarse pero al rato llegó un nuevo gol blanco que dejaba el marcador en un 2-2. Los coloreados no conectábamos bien, fallábamos demasiados pases, los blancos aprovechaban mejor los huecos, se notaba que había más espacios al ser cinco contra cinco y así estuvimos casi toda la primera parte. Creo recordar que por entonces Javi dijo la frase que encabeza esta crónica, “este es el camino, hay que seguir así...”, refiriéndose a que con velocidad y con pases al hombre desmarcado al final llegarían los goles que tanto se nos resistían a los coloreados. Casi finalizando el primer tiempo Fernando marcó un nuevo gol (tiro cruzado) que suponía el 3-2 para los blancos con el que llegábamos al descanso; algún jugador blanco ya insinuaba que en la segunda parte costaría mantener tanta intensidad y que la forma física coloreada acabaría imponiéndose, pero no parecía tan sencillo de conseguir, sobre todo si los colorines seguían con su empanada mental, sin sacar lo mejor de sí mismos.

El partido se reanudó tras los cinco minutillos de descanso, por delante otros 50 minutos para tratar, o bien de mantener la ventaja en el caso de los blancos, o bien enderezar el rumbo y seguir el camino conducente a una nueva victoria, en el caso de los coloreados. Los blancos aprovecharon bien los primeros diez minutos de la reanudación y ampliaron su ventaja, parecía que el partido seguiría la misma tónica de la primera parte. Pero entre los minutos 11 y 13 los coloreados empataron con celeridad el partido, dos rápidas jugadas por banda con pase al centro se transformaron en dos goles que situaban el marcador en un 4-4, más acorde con los méritos que ya estaba haciendo el equipo de color, que corría con más sentido, aprovechaba mejor los espacios y empezaba a imponer una mayor forma física. Aun así los blancos no daban nada por perdido, no se desmoralizaron y fruto de ese empeño fue su quinto gol, un balón que Luis persiguió hasta situarse junto al portero coloreado, que no logró retenerlo y allí metió Luis la puntita de su bota para lograr un meritorio 5-4. Era el minuto 70 de partido y los blancos se resistían como gato panza arriba, daban todo lo que tenían, seguían creyendo en la victoria y luchaban por ella. Pero ese marcador fue el canto del cisne blanco, su último gorgoteo antes de ser degollado. Luis había marcado pero le tocó su turno de portero y en cinco minutos le cayeron 4 goles, los balones entraban en la portería blanca como una auténtica exhalación, por todos lados. No era culpa suya, evidentemente, sino que el equipo de color había por fin dado con la tecla de su juego, pases-banda-centro-remate-gol, todo con excelsa rapidez, con algo de puntería (seguimos fallando goles, pero al existir muchas más oportunidades entraban más). Y a Joaquín, que siguió en el turno de portero, le cayeron otros pocos, y eso que paró también unos cuantos. El partido no era un correcalles, era un auténtico bombardeo de la portería blanca, que achicaba como podía y poco más, apenas se acercaban a la portería coloreada y cuando lo hacían sus ataques eran abortados con rapidez endiablada. Los últimos 10 minutos de turno de portero blanco fueron para Eduardo, que desde el principio estaba deseando dar la “espantá”, al estilo Curro Romero (no me gustan los toros, no toreo; el toro coloreado había empitonado al mozo blanquecino y estaba haciendo mucha sangre); no le veía sentido a continuar con ese marcador abultado en contra, hasta en dos ocasiones amagó con irse y hubo que recordarle que vamos a jugar y hacer deporte y que el resultado es lo de menos (de boquilla decimos eso aunque a todos nos gusta ganar, pues claro). Javi remató la faena con una espectacular vaselina de espaldas a la portería blanca, para sacarle a hombros por la puerta del BW Arena Stadium. Creo recordar que ese fue el 13-5, marcador ya definitivo, ya estaba bien, los blancos habían encajado en media hora 9 goles, sin hacer uno solo. Al igual que “Justino, un asesino de la 3ª edad”, los coloreados dieron una puntilla tremenda en el morrillo del morlaco blanqueado, que cayó derrengado, despatarrado, sin resuello y sin fuerzas para escapar de su cruel destino, el infierno de los perdedores.

INCIDENCIAS: temperatura excelente una vez más, sol tamizado por nubes altas que nos permitió disfrutar de una mañana magnífica para corretear tras la pelota. Por cierto, Eduardo llegó a decir que “se había pasado todo el partido corriendo tras la pelota, que siempre se le iba”; es cierto que no es la pelota con la que jugamos habitualmente, pero no está tan mal. Sí debemos comprar una nueva, así que sería recomendable recaudar dinero para renovar la que tenemos. La fuente del campo sigue estropeada y en los vestuarios el agua sale fría (si sale, porque a veces es un hilillo de plastilina, como decía aquel ministro refiriéndose al petrolero Prestige, ese ministro que ahora es candidato del PP dos veces derrotado); podía ser peor y que nos clausuraran el campo “sine die”, como ocurre con la pista de abajo, pero eso no obsta para que hagamos algo. Si tengo tiempo tramitaré un escrito de queja pero en buen tono, aunque me parece que en el BW tienen fuertes restricciones presupuestarias y no se van a gastar un euro en renovar ni mantener nada y si no que se lo digan a los que jugaban en la pista de abajo. Esta vez no había tiernos infantes que nos distrajeran con sus vocecillas, ya volverán como las golondrinas hacían antes del cambio climático.

JUGADORES BLANCOS: Luis, Gabi, Eduardo, Fernando y Joaquín “Guti”.
JUGADORES COLOR: Pepedu, Álvaro, Javi, Dani y yo mismo (JM-2).

CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 7 VICTORIAS COLOR, 3 VICTORIAS BLANCAS.

Jose Manuel.

domingo, 15 de noviembre de 2009

CRÓNICA 14.11.2009 ("CÓMO DISFRUTAR DE UNA PLÁCIDA MAÑANA DE SÁBADO")

RESULTADO: 9-3 (VICTORIA COLOR)

CRÓNICA: últimamente resulta sencillo programar una mañana de sábado tranquila, relajada y al final de la misma acabar con una sonrisa, con la sensación del deber cumplido. Levántese uno tempranito, que hay que llegar a la hora a un campo de césped-moqueta de estar por casa situado en un extremo de la ciudad, con obras eternas por el camino. Se recomienda echar un vistazo por la ventana (sin chocarse con el cristal), abrirla para ver la temperatura y engullir un buen desayuno (recomendable tostadas y un buen colacao, según el gusto de cada uno), que las fuerzas serán necesarias más adelante. Abre uno el armario y ¡cuidadín! (aquí viene el detalle que marcará si queremos pasar a la posteridad o no, cual Aquiles ante la profecía de su muerte en la guerra de Troya), elegimos una camiseta de cualquier color, menos el blanco. A partir de ahí todo irá muy muy bien...y es que elegir el blanco en estos últimos tiempos equivale a derrota casi segura; aun así muchos seguís insistiendo y presentandoos con camisetas de ese color, la buena voluntad no se puede negar.

En serio, no es tan fácil ganar un partido, ni mucho menos, cuesta grandes chorros de sudor aunque el resultado sea abultado como en este caso. Eso sí, los coloreados queríamos ganar a toda costa este partido, restañar la herida de la derrota de la semana pasada y acabar con la moral de los “grandullones” blanqueados y para eso sólo hay una fórmula: correr mucho, firmeza en defensa y ataques fulgurantes, cual blitzkrieg por la estepa rusa. Y a ello nos dedicamos los coloreados, con una aplicación defensiva desconocida por lo intensa y continua; tampoco se quedaban atrás en ese sentido los blancos, que también se aprestaron a defender su portería con todas sus fuerzas y elementos disponibles. Un auténtico choque de dos ejércitos poderosos, que se conocen y respetan y que intentan explotar las deficiencias del adversario, devolviendo golpe por golpe, en un auténtico toma y daca. Pero en esta ocasión el entramado defensivo blanco no dio resultado, duró apenas 25 minutos, lo que tardó el equipo coloreado en hacerlo saltar por los aires tras perforar con un auténtico misil la portería blanca. Y tras ese misil cayeron otros, obuses y bombas, que transformaron al equipo blanco en una auténtica ruina, con un 5-0 demoledor al terminar la primera parte; 60’ y sin noticias de los blancos en la portería coloreada, salvo un disparo al poste.

Como todo ejército acosado, los blancos echaron el resto al comenzar la segunda parte, jugando al límite de sus posibilidades como decía Manolo. Presionaron arriba, intentando cortar los primeros pases coloreados, incluso contaban sus disparos a puerta, en un remedo de guerra psicológica para amedrentar al enemigo coloreado, pero definitivamente no era su día. Cayó también el 6-0 y mentalmente todos los coloreados nos marcamos un objetivo: dejar a cero al equipo rival, derribarlo por KO técnico, lo nunca visto (yo al menos no lo recuerdo en los 27 años que llevamos dándole patadas al balón en esos campos de Dios). Se me viene a la memoria, con tanta referencia bélica, una gran película, “Un puente lejano”; un ataque muy ambicioso de los aliados que logra alcanzar casi todos sus objetivos, salvo un puente al cual no llegan con las fuerzas suficientes para poder tomarlo. Pues bien, era ambicioso por nuestra parte pretender dejar a cero a los blancos aunque factible, al menos este sábado. Emilio se encargó de destrozar ese “sueño coloreado” en el minuto 75 de partido, aunque fue bonito mientras duró (al menos para nosotros, claro). De ahí al final continuó el intercambio de golpes, un par de goles más para los blancos y unos cuantos más de los coloreados supusieron el 9-3 definitivo. Para ir acabando, la combinación rapidez-aplicación defensiva-puntería fue patrimonio de los coloreados, la dinamita que había en sus botas estalló entre las piernas blancas y demolió cualquier atisbo de resistencia blanquecina ante el huracán desatado.

INCIDENCIAS: otra mañana excelente (demasiado dura ya el buen tiempo, echamos de menos esos partiditos épicos pasados por agua), solamente dos nenes (Reyes y Jose Manuel) con un magnífico comportamiento. Otra cosa muy distinta era la plaga de moscas que pululaban por el terreno de juego, atontadas y revoloteando; aquello parecía una cuadra como decía Roberto (ignoramos su experiencia campesina para identificar esa imagen), en ciertas fases del partido incluso olía a vaquería (Bellavista siempre ha sido tierra de vaquerías, que se lo digan a Felipe González), esperemos que no se repita. Los vestuarios tampoco estaban muy allá, el agua fría y encima tampoco salía en todas las duchas, un poco desastroso. Cambios en el equipo blanco, al ritmo habitual de 5 minutos. En fin, nada de lesiones al menos aparentemente, eso es muy importante, sobre todo a estas edades (bueno, aun queda alguno de menos de 30 años e incluso de 25). Juan se pasó por allí para echarle un vistazo a los colegas y tomar el sol mañanero. Poco más, eso es lo mejor, que no haya mucho que reseñar. En conversaciones posteriores salió la cuestión algo recurrente de la descompensación de los equipos, la falta de delanteros natos entre los blancos, etc. Lo único que se me ocurre es que, antes del partido, repartamos los jugadores entre ambos equipos, buscando ese equilibrio y por correo electrónico digamos de qué color juega cada uno, para que lleve la camiseta correspondiente. Si no es así, pues sigamos como estamos, que cada uno juegue con el color que le apetezca, pero luego que no haya excusas, el fútbol sala es fútbol total y todos deben atacar y defender, la especialización no cabe en un campo tan pequeño.

JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Luis, Gabi, Eduardo, Fernando, Jose Galdón y Josema.
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Álvaro, Javi, Manolo Lora y yo mismo (JM-1).

CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 6 VICTORIAS COLOR, 3 VICTORIAS BLANCAS.

Jose Manuel.

jueves, 12 de noviembre de 2009

CRÓNICA 07.11.2009 ("NO SIEMPRE PODEMOS JUGAR BIEN...")

RESULTADO: 7-5 (VICTORIA BLANCA)

CRÓNICA: efectivamente, el otro día oí al entrenador del Barcelona comentar que “no siempre podemos jugar bien” y ganar. Pues eso es lo que podemos decir de nuestro partido del sábado pasado; el equipo de color estuvo espeso, muy espeso. No hubo la anticipación, rapidez, puntería certera y olfato goleador de los cuatro partidos anteriores. Evidentemente el equipo blanco también tuvo que ver algo con esa “decadencia” en el juego del equipo coloreado; se mostró como un equipo rocoso, duro, viril en su juego, yendo a por todas y bien plantado en defensa. Esta es una diferencia entre ambos equipos (supongo que habrá opiniones, pero yo lo veo así) en su forma de entender los partidos; los coloreados jugamos más al pase y a desbordar por velocidad, en defensa intentamos anticiparnos por rapidez y cortar la trayectoria de los pases. En cambio, los blancos nunca eluden el choque, entran con el cuerpo, luchan por la posición que tienen y raramente logramos desplazarlos (también coincide que son físicamente más fuertes y grandes); su juego es duro, de pura fuerza, a veces bordea la falta al contrario, casi siempre solemos llevarnos más patadas (entiendo que sin querer, que conste…bueno, a veces algo sí se quiere) los coloreados. En este partido esa combinación de fuerza y ganas de superar una mala racha, junto con una mayor puntería y un juego coloreado muy discreto, obraron el milagro (Jucho, nos hubiera hecho falta tu siempre estimulante presencia) y los blancos ¡por fin! ganaron un partido.

Y el caso es que el partido se decidió al final de las dos partes. En la primera parte los coloreados fuimos por delante en el marcador, todo parecía ir como de costumbre pero no acabábamos de despegarnos en el marcador y eso es peligroso, muy peligroso, cuando enfrente tienes un equipo aguerrido, con el cuchillo entre los dientes y dispuesto a desollarte a la mínima oportunidad. 1-0, llegamos a ganar por 3-1 pero en los cinco minutos finales de la primera parte los blancos empataron a 3 y así fuimos al descanso. Y la segunda parte continuó por esos derroteros, a los escasos goles coloreados respondían los blancos marcando igualmente y faltando cinco minutos un empate extraño (5-5) campeaba en el marcador mental de los que corríamos por allí. Y llegó la debacle coloreada y los gritos de aleluya para los blancos; marcaron un gol, era el 6-5, faltaban unos nimios cuatro minutos y los coloreados nos desesperamos, tanto, tanto, que ni siquiera tuvimos una oportunidad clara para marcar, ni nos acercamos. Aprovechando semejante carencia, los blancos nos dieron la puntilla con el último gol en el último suspiro de este último partido y dejaron un desconocido desde hace mucho tiempo 7-5 a su favor.

Nada que objetar, por supuesto, una victoria trabajada con fe y creyendo que podían lograrla, cual Alcorcón redivivo. Un último apunte; la importancia de los porteros. Casi todos los jugadores blancos son buenos porteros en su turno, salvo la excepción mundialmente reconocida de Eduardo (aunque por volumen no es fácil meterle un gol, dicho sea con todo el cariño y respeto). Entre los coloreados no es así y no se trata de echarle las culpas a nadie; nuestro porcentaje de errores como porteros es mayor y eso facilita que determinados goles blancos suban al marcador cuando lo lógico sería que el portero hiciese algo más. En fin, este es un aspecto que debemos tratar los coloreados y trabajar para repartir determinados turnos de portero de modo que no coincidan los porteros menos cualificados en los momentos clave de un partido (no sé si me he explicado, me parece que me he hecho la picha un lío, como se decía en los ambientes cuarteleros). Bueno, creo que nos entendemos, que ya estoy cansado de escribir y tampoco tengo tiempo para mucho más, prometo en la próxima crónica aludir a más películas o libros, vengan o no al caso, eso es lo de menos, lo que tengo que aprovechar es que hay público que lee estas letras…

INCIDENCIAS: otra mañana con un tiempo excelente, césped recién cortado en perfectas condiciones, arenilla para darle un ambiente playero y festivo al encuentro, cuatro niños (Reyes, Ariadna, Javi y Jose Manuel) que montaron un pic-nic que fue la envidia de los que sudábamos y nos arrastrábamos por la cancha del sufrimiento. Tobías dio muestras de su gran pundonor, lo intentó pero a los 10 minutos tuvo que dejarlo, su maltrecha rodilla no estaba para muchos trotes; eso sí, antes de irse (e incluso desde que llegó al campo) se dedicó a impartir las oportunas instrucciones a sus condiscípulos blancos sobre cómo batir al equipo de color. El caso es que, como hemos leído, les dio resultado; no es de extrañar, un desertor y renegado como él conoce muy bien los entresijos de los coloreados y seguramente reveló los más recónditos secretos de nuestra gloriosa racha de victorias. En fin, tomamos cumplida nota; eso no quita que te deseemos una pronta recuperación y sigamos disfrutando cuanto antes de tus regates imposibles, ya sea en un equipo u otro. Por lo demás, no recuerdo nada especial, hace ya unos cuantos días del partido y la memoria la he tenido ocupada con múltiples quehaceres.

JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Luis, Gabi, Eduardo, Fernando, Miguel Ángel y Tobías (10’).
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Dani, Javi, Albert y yo mismo.

CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 5 VICTORIAS COLOR, 3 VICTORIAS BLANCAS.

Jose Manuel.

martes, 3 de noviembre de 2009

CRÓNICA 31.10.2009 ("LIGA ADELANTE: LOS FERRARI LIQUIDAN A LOS SEAT PANDA")

RESULTADO: 12-6 (VICTORIA COLOR)

CRÓNICA: un sábado más comenzábamos a llegar, algunos más pronto y la mayoría más tarde, con nuestras camisetas multicolores (predominantemente rojas en este partido) o simplemente blancas, al rectángulo verdoso con tintes dorados llamado Pista 2 (la de arriba) del Blanco White. Este último día éramos 14, se preveían cambios, los blancos abundaban y Joaquín, atraído por nuestros cantos de sirena, decidió enfundarse su elástica granate y acompañarnos una vez más. A priori debía ser un encuentro competido, de resultado incierto, pero en el ambiente flotaba algo distinto y a la vez conocido; me refiero a que últimamente el equipo de COLOR sale al campo con una sonrisa y convencido de su victoria final. Siguiendo con la costumbre de mencionar películas que vengan al caso, esa sensación previa me recuerda otra genial película, “Apocalypse now”, en concreto una escena en la que Robert Duvall, el coronel aficionado al surf que mandaba el batallón de helicópteros que atacó un pequeño pueblo vietnamita, comenta lo siguiente tras un ataque con napalm por parte de la aviación norteamericana: “¿Oléis eso? Nada huele como el napalm. Es el olor de la...victoria”. Pues eso, a victoria huele el equipo de color, el napalm de modo figurado se esparce por el propio campo, los coloreados inspiran, olfatean el aire que huele a victoria y desde el principio salen convencidos de que pueden lograrla, su disposición, actitud, lucha por cada pelota, pases medidos, su rapidez, todo eso se traduce en buen juego y al final acaban llegando los goles. Todo eso sea dicho sin desmerecer para nada los esfuerzos titánicos del equipo blanco que también lucha, se mueve, se pega al contrario y plantea una defensa férrea y eficaz que muchas veces es difícil de superar; pero ese apuesta, basada en la fuerza y en el amontonamiento de hombres delante de su portero, no está siendo suficiente en los últimos partidos, no lo es ya. Ese esquema ha funcionado en otras ocasiones, pero cuando te cogen la medida y empiezan a caer los goles en tu portería, hay que cambiar de estrategia, ya van cuatro derrotas seguidas y hay que enderezar el rumbo. Los coloreados se han convertido en un auténtico Ferrari, el caballito símbolo de la marca se ha desbocado, mientras que los blancos se han quedado anclados en un bondadoso Seat Panda, duro y rocoso pero sin atisbo de detalles que pueda conducirlos hacia la victoria.

Pero centrémonos en el partido y dejemos las disquisiciones de entrenador aficionado. Como otras veces, los coloreados empezaron atacando y los blancos defendiéndose y saliendo al contraataque; al poco tiempo, fruto de esa presión, llegó el primer gol coloreado marcado por Álvaro y ya no hubo más empates, los blancos siempre fueron por detrás en el marcador, a más o menos goles. Recuerdo un tres a uno como la distancia más corta al principio del partido, luego siempre osciló entre 3 ó 4 goles. Lo cierto es que es difícil jugar a remolque, los blancos tenían que meter goles, acortar distancias, pero cuando metían algún gol, al poco tiempo los coloreados marcaban nuevamente (y es que había mucha dinamita entre sus filas), manteniendo la ventaja. Todo era lógico, el juego coloreado se basaba en el control del balón, en dar muchos pases asegurados, se buscaban los huecos y las jugadas rápidas acababan normalmente en disparos a puerta que multiplicaban las posibilidades de lograr goles; además también cortaban muchas de las jugadas blancas, estando muy aplicados en defensa. De todos modos, llegamos a un 9-6 que mantenía la llama de la esperanza entre los blancos de lograr un resultado positivo a base de meter presión y conseguir más goles que le acercaran definitivamente en el marcador, pero algo pasó en ese campo verdecillo y acolchado que me trasciende a mí mismo. Emilio Lora (cito el apellido porque había dos Emilios) me pedía que fuera objetivo en esta crónica pero que podía “autohalagarme”, reflejando mis virtudes futboleras demostradas en este partido; como dice Chiquito, “no puedorr, no puedorrr...”, así que, como no puedo evitarlo y todos tenemos nuestro ego, lo cuento tal y como lo viví. Javi, como portero, me pasó el balón dentro de mi propio campo, Luis me salió al paso, lo esquivé y vi un hueco directo hacia la portería blanca, aunque había tres jugadores blancos en los alrededores y Luis seguía molestándome. Me lancé hacia delante, las largas piernas de los jugadores blancos se interponían pero con los correspondientes regates y cual slalom invernal (y gracias también a que, en su bondad, ningún jugador blanco me partió las piernas para evitar que continuara) conseguí plantarme delante del portero blanco al que batí con un tiro cruzado. Era mi jugada ideal (en este mismo partido también marqué otro gol con la izquierda en un saque de esquina, a media altura y de espaldas a la portería, no pensé que lo superaría en belleza en el mismo partido), el corazón me latía revolucionado (me había pegado una buena carrera), no besé el suelo porque me hubiera llenado los morros de arena, me acordé de Eduardo que busca siempre ese tipo de jugadas y poco más, era el 10-6 y creo que también tocó algo la moral de los jugadores blancos, que veían como nos distanciábamos otra vez en el marcador. Perdonad que me haya extendido, pero tenía ganas de narrarlo y también vuestro permiso para hacerlo. Dejad que, por una vez, el cronista se exceda de sus atribuciones y escriba en primera persona: la emoción aun me embarga, mis ojos se humedecen recordando los regates y el estupor blancos, snif snif....después de esto ya puedo retirarme con total tranquilidad, con la sensación del deber cumplido... De ahí al final los coloreados marcaron dos goles más hasta dejar el marcador en un 12-6 definitivo, resultado algo más amplio de lo que esperaban pero que ahí está. Ah, por cierto, Joselito, que no estás para jubilarte aun, a pesar de que te contuviste y no arriesgaste como otras veces, sigues teniendo maneras y fuerzas para seguir participando activamente y aportando tu sapiencia futbolera. Para concluir, esto parece que no varía, los coloreados siguen o seguimos dándole caña a los blancos, venga quien venga, haga calor o frío, es lo que toca este otoño y ya hace falta que los blancos ganen 3 partidos para al menos empatar en el cómputo parcial de la temporada y se vislumbra complicado, muy complicado, pero no hay nada imposible y menos en un campo de fútbol.

INCIDENCIAS: mañana veraniega-primaveral en pleno otoño, con calor más propio de mayo-junio que del último día de octubre. Reapariciones de Javi, tras su período bicicletero, Manolo y Emilio Márquez, esperemos que estos dos últimos tengan continuidad. A las 10 en punto sólo estábamos en el campo mi chiquillo, Joaquín “Guti” y yo mismo, aunque hemos de reconocer que el resto llegó pronto (está mejorando algo la cuestión de la puntualidad) y logramos empezar a las 10:20, todo un record. No hubo descansos, ya teníamos cambios y como machotes que somos ni paramos ni nada de nada, así que nos metimos 100 minutos de partido entre pecho y espalda, ni los del Alcorcón se lo curran tanto. Tres niños por allí (Javier, Reyes y Jose Manuel jr.), se portaron bien y apenas dieron lata. Álvaro dejó de jugar a falta de 10 minutos debido a una torcedura en su pie, suponemos que sin mayor trascendencia. No había agua caliente en el vestuario y la fría que salía era un hilillo, así que fue un poco desastroso el apartado de “higiene” postpartido, esperemos que esto no se repita, porque es uno de los aspectos que más valoramos. Visita inesperada del amigo Juan que se tragó el partido entero y cuya pronta reaparición deseamos.
JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Jose Galdón, Luis, Gabi, Josema, Fernando y Emilio Márquez.
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Álvaro, Javi, Manolo Lora, Joaquín “Guti” y yo mismo (JM-4).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 5 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.

Jose Manuel.

CRÓNICA 24.10.2009 ("CAMINO DEL TOP GUN COLOREADO")

RESULTADO:10-7 (VICTORIA COLOR)
CRÓNICA: pues sí, los coloreados hemos cogido una velocidad de crucero envidiable y empezamos a enseñarle la estela a los blanquecinos, que ya no saben como enderezar su caída libre. Siendo cinco, sin cambios o con ellos, faltando gente o jugando algún infiltrado blanco entre nosotros, da igual, seguimos ganando, tres victorias consecutivas y para arriba vamos. El partido empezó como de costumbre, muy igualado, nos tiramos más de media hora con un 3-3 en el marcador que luego se transformó en un 4-4; pero se intuía una victoria coloreada, hasta 4 veces los coloreados comprobamos que el poste derecho de la portería blanca estaba bien asentado, en su sitio, los pelotazos no lograron echarlo abajo pero denotaban un dominio que, tarde o temprano, se haría patente. En un minuto, con dos goles, ya se adelantó el equipo de color, al descanso se llegó con un 6-4 que , en la segunda parte, se transformó en un 10-4, con un machaque continuo de la portería blanca, en la cual entraban goles de todas las facturas. Un penalty que no existió y que el equipo blanco se permitió el lujo de pitar ("técnicamente no ha sido penalty", llegó a decir con toda la cara Eduardo) sirvió para acortar el marcador, tras lo cual llegaron dos goles blancos más (el equipo de color ya estaba relajado, la verdad), el último justo cuando acababa el partido porque la pista estaba pillada a partir de las 12. En fin, 10-7, otro buen partido coloreado, muchos goles y buen dominio del juego y del arte de meter goles.
INCIDENCIAS: Dani no apareció, por lo visto debido a problemas mecánicos , ya ha pedido las correspondientes disculpas. A las 12 se presentó un grupo de chavales para jugar en nuestro querido y exclusivo campo, ahora que lo tenemos en las mejores condiciones, con redes como Dios manda y sin agujeros. Por eso insisto en la puntualidad, como se aficionen a jugar a esa hora, no vamos a tener oportunidad de jugar esas pequeñas prórrogas con las cuales llegamos a las 12:10 ó 12:15. Aun me resiento del cabezazo que mi estimado hermano Luis tuvo a bien propinarme (sin querer, por supuesto), mis cervicales se resienten y tomando ibuprofeno estoy. Por lo demás, un calor estimable y tres niños correteando por los alrededores.

JUGADORES BLANCOS: Jose Galdón (en la 2ª parte tuvo que abandonarnos por motivos familiares), Eduardo, Gabi, Luis, Fernando y Miguel Ángel.
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Álvaro, Joaquín Gutiérrez y yo mismo (JM-3).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 4 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.

Jose Manuel.