RESULTADO: 13-5 (VICTORIA COLOR)
CRÓNICA: a veces resulta difícil escribir un relato de los hechos acontecidos en uno de nuestros partidos y esta es una de esas ocasiones. Si alguien se hubiera acercado por el Blanco White Arena Stadium con tiempo para ver sólo la primera parte, habría quedado gratamente impresionado por la imagen proyectada por el equipo blanco; si, en cambio, hubiera asistido únicamente a la segunda parte, el equipo de color lo habría dejado literalmente sin palabras. Pero empecemos por donde hay que comenzar, por el principio, y pongamos cada cosa, cada frase, cada exabrupto en su sitio, sigamos un orden cronológico que aclare lo vivido en el BW Arena Stadium.
Con una puntualidad que casi rozaba la exquisitez, nos presentamos los 10 valientes de turno para desarrollar nuestras habilidades balompédicas. Eduardo ya mascullaba que veía la cosa más bien negra, como los cojones de un burro (permítaseme la expresión castrense), dados los antecedentes y la composición de los equipos, con jugadores a priori más rápidos en el equipo coloreado. Y comenzó el encuentro y efectivamente, al poco tiempo los coloreados, merced a un gol de Dani, se adelantaron en el marcador, amén de algunas oportunidades claras falladas (el que esto suscribe se encargó de fallar alguna, que conste). Pero no era un dominio claro el que ejercían los coloreados y los blancos, con Guti en plan organizador, Eduardo con su control de balón, Luis y Fernando con su fiereza en defensa y Gabi con su punta de velocidad algo mejorada, comenzaron a imponerse y suyo fue el control del partido durante toda la primera parte (50 minutos sin parar). Gabi conectó un buen cabezazo, empate a uno, con posterioridad los coloreados volvieron a adelantarse pero al rato llegó un nuevo gol blanco que dejaba el marcador en un 2-2. Los coloreados no conectábamos bien, fallábamos demasiados pases, los blancos aprovechaban mejor los huecos, se notaba que había más espacios al ser cinco contra cinco y así estuvimos casi toda la primera parte. Creo recordar que por entonces Javi dijo la frase que encabeza esta crónica, “este es el camino, hay que seguir así...”, refiriéndose a que con velocidad y con pases al hombre desmarcado al final llegarían los goles que tanto se nos resistían a los coloreados. Casi finalizando el primer tiempo Fernando marcó un nuevo gol (tiro cruzado) que suponía el 3-2 para los blancos con el que llegábamos al descanso; algún jugador blanco ya insinuaba que en la segunda parte costaría mantener tanta intensidad y que la forma física coloreada acabaría imponiéndose, pero no parecía tan sencillo de conseguir, sobre todo si los colorines seguían con su empanada mental, sin sacar lo mejor de sí mismos.
El partido se reanudó tras los cinco minutillos de descanso, por delante otros 50 minutos para tratar, o bien de mantener la ventaja en el caso de los blancos, o bien enderezar el rumbo y seguir el camino conducente a una nueva victoria, en el caso de los coloreados. Los blancos aprovecharon bien los primeros diez minutos de la reanudación y ampliaron su ventaja, parecía que el partido seguiría la misma tónica de la primera parte. Pero entre los minutos 11 y 13 los coloreados empataron con celeridad el partido, dos rápidas jugadas por banda con pase al centro se transformaron en dos goles que situaban el marcador en un 4-4, más acorde con los méritos que ya estaba haciendo el equipo de color, que corría con más sentido, aprovechaba mejor los espacios y empezaba a imponer una mayor forma física. Aun así los blancos no daban nada por perdido, no se desmoralizaron y fruto de ese empeño fue su quinto gol, un balón que Luis persiguió hasta situarse junto al portero coloreado, que no logró retenerlo y allí metió Luis la puntita de su bota para lograr un meritorio 5-4. Era el minuto 70 de partido y los blancos se resistían como gato panza arriba, daban todo lo que tenían, seguían creyendo en la victoria y luchaban por ella. Pero ese marcador fue el canto del cisne blanco, su último gorgoteo antes de ser degollado. Luis había marcado pero le tocó su turno de portero y en cinco minutos le cayeron 4 goles, los balones entraban en la portería blanca como una auténtica exhalación, por todos lados. No era culpa suya, evidentemente, sino que el equipo de color había por fin dado con la tecla de su juego, pases-banda-centro-remate-gol, todo con excelsa rapidez, con algo de puntería (seguimos fallando goles, pero al existir muchas más oportunidades entraban más). Y a Joaquín, que siguió en el turno de portero, le cayeron otros pocos, y eso que paró también unos cuantos. El partido no era un correcalles, era un auténtico bombardeo de la portería blanca, que achicaba como podía y poco más, apenas se acercaban a la portería coloreada y cuando lo hacían sus ataques eran abortados con rapidez endiablada. Los últimos 10 minutos de turno de portero blanco fueron para Eduardo, que desde el principio estaba deseando dar la “espantá”, al estilo Curro Romero (no me gustan los toros, no toreo; el toro coloreado había empitonado al mozo blanquecino y estaba haciendo mucha sangre); no le veía sentido a continuar con ese marcador abultado en contra, hasta en dos ocasiones amagó con irse y hubo que recordarle que vamos a jugar y hacer deporte y que el resultado es lo de menos (de boquilla decimos eso aunque a todos nos gusta ganar, pues claro). Javi remató la faena con una espectacular vaselina de espaldas a la portería blanca, para sacarle a hombros por la puerta del BW Arena Stadium. Creo recordar que ese fue el 13-5, marcador ya definitivo, ya estaba bien, los blancos habían encajado en media hora 9 goles, sin hacer uno solo. Al igual que “Justino, un asesino de la 3ª edad”, los coloreados dieron una puntilla tremenda en el morrillo del morlaco blanqueado, que cayó derrengado, despatarrado, sin resuello y sin fuerzas para escapar de su cruel destino, el infierno de los perdedores.
INCIDENCIAS: temperatura excelente una vez más, sol tamizado por nubes altas que nos permitió disfrutar de una mañana magnífica para corretear tras la pelota. Por cierto, Eduardo llegó a decir que “se había pasado todo el partido corriendo tras la pelota, que siempre se le iba”; es cierto que no es la pelota con la que jugamos habitualmente, pero no está tan mal. Sí debemos comprar una nueva, así que sería recomendable recaudar dinero para renovar la que tenemos. La fuente del campo sigue estropeada y en los vestuarios el agua sale fría (si sale, porque a veces es un hilillo de plastilina, como decía aquel ministro refiriéndose al petrolero Prestige, ese ministro que ahora es candidato del PP dos veces derrotado); podía ser peor y que nos clausuraran el campo “sine die”, como ocurre con la pista de abajo, pero eso no obsta para que hagamos algo. Si tengo tiempo tramitaré un escrito de queja pero en buen tono, aunque me parece que en el BW tienen fuertes restricciones presupuestarias y no se van a gastar un euro en renovar ni mantener nada y si no que se lo digan a los que jugaban en la pista de abajo. Esta vez no había tiernos infantes que nos distrajeran con sus vocecillas, ya volverán como las golondrinas hacían antes del cambio climático.
JUGADORES BLANCOS: Luis, Gabi, Eduardo, Fernando y Joaquín “Guti”.
JUGADORES COLOR: Pepedu, Álvaro, Javi, Dani y yo mismo (JM-2).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 7 VICTORIAS COLOR, 3 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
CRÓNICA: a veces resulta difícil escribir un relato de los hechos acontecidos en uno de nuestros partidos y esta es una de esas ocasiones. Si alguien se hubiera acercado por el Blanco White Arena Stadium con tiempo para ver sólo la primera parte, habría quedado gratamente impresionado por la imagen proyectada por el equipo blanco; si, en cambio, hubiera asistido únicamente a la segunda parte, el equipo de color lo habría dejado literalmente sin palabras. Pero empecemos por donde hay que comenzar, por el principio, y pongamos cada cosa, cada frase, cada exabrupto en su sitio, sigamos un orden cronológico que aclare lo vivido en el BW Arena Stadium.
Con una puntualidad que casi rozaba la exquisitez, nos presentamos los 10 valientes de turno para desarrollar nuestras habilidades balompédicas. Eduardo ya mascullaba que veía la cosa más bien negra, como los cojones de un burro (permítaseme la expresión castrense), dados los antecedentes y la composición de los equipos, con jugadores a priori más rápidos en el equipo coloreado. Y comenzó el encuentro y efectivamente, al poco tiempo los coloreados, merced a un gol de Dani, se adelantaron en el marcador, amén de algunas oportunidades claras falladas (el que esto suscribe se encargó de fallar alguna, que conste). Pero no era un dominio claro el que ejercían los coloreados y los blancos, con Guti en plan organizador, Eduardo con su control de balón, Luis y Fernando con su fiereza en defensa y Gabi con su punta de velocidad algo mejorada, comenzaron a imponerse y suyo fue el control del partido durante toda la primera parte (50 minutos sin parar). Gabi conectó un buen cabezazo, empate a uno, con posterioridad los coloreados volvieron a adelantarse pero al rato llegó un nuevo gol blanco que dejaba el marcador en un 2-2. Los coloreados no conectábamos bien, fallábamos demasiados pases, los blancos aprovechaban mejor los huecos, se notaba que había más espacios al ser cinco contra cinco y así estuvimos casi toda la primera parte. Creo recordar que por entonces Javi dijo la frase que encabeza esta crónica, “este es el camino, hay que seguir así...”, refiriéndose a que con velocidad y con pases al hombre desmarcado al final llegarían los goles que tanto se nos resistían a los coloreados. Casi finalizando el primer tiempo Fernando marcó un nuevo gol (tiro cruzado) que suponía el 3-2 para los blancos con el que llegábamos al descanso; algún jugador blanco ya insinuaba que en la segunda parte costaría mantener tanta intensidad y que la forma física coloreada acabaría imponiéndose, pero no parecía tan sencillo de conseguir, sobre todo si los colorines seguían con su empanada mental, sin sacar lo mejor de sí mismos.
El partido se reanudó tras los cinco minutillos de descanso, por delante otros 50 minutos para tratar, o bien de mantener la ventaja en el caso de los blancos, o bien enderezar el rumbo y seguir el camino conducente a una nueva victoria, en el caso de los coloreados. Los blancos aprovecharon bien los primeros diez minutos de la reanudación y ampliaron su ventaja, parecía que el partido seguiría la misma tónica de la primera parte. Pero entre los minutos 11 y 13 los coloreados empataron con celeridad el partido, dos rápidas jugadas por banda con pase al centro se transformaron en dos goles que situaban el marcador en un 4-4, más acorde con los méritos que ya estaba haciendo el equipo de color, que corría con más sentido, aprovechaba mejor los espacios y empezaba a imponer una mayor forma física. Aun así los blancos no daban nada por perdido, no se desmoralizaron y fruto de ese empeño fue su quinto gol, un balón que Luis persiguió hasta situarse junto al portero coloreado, que no logró retenerlo y allí metió Luis la puntita de su bota para lograr un meritorio 5-4. Era el minuto 70 de partido y los blancos se resistían como gato panza arriba, daban todo lo que tenían, seguían creyendo en la victoria y luchaban por ella. Pero ese marcador fue el canto del cisne blanco, su último gorgoteo antes de ser degollado. Luis había marcado pero le tocó su turno de portero y en cinco minutos le cayeron 4 goles, los balones entraban en la portería blanca como una auténtica exhalación, por todos lados. No era culpa suya, evidentemente, sino que el equipo de color había por fin dado con la tecla de su juego, pases-banda-centro-remate-gol, todo con excelsa rapidez, con algo de puntería (seguimos fallando goles, pero al existir muchas más oportunidades entraban más). Y a Joaquín, que siguió en el turno de portero, le cayeron otros pocos, y eso que paró también unos cuantos. El partido no era un correcalles, era un auténtico bombardeo de la portería blanca, que achicaba como podía y poco más, apenas se acercaban a la portería coloreada y cuando lo hacían sus ataques eran abortados con rapidez endiablada. Los últimos 10 minutos de turno de portero blanco fueron para Eduardo, que desde el principio estaba deseando dar la “espantá”, al estilo Curro Romero (no me gustan los toros, no toreo; el toro coloreado había empitonado al mozo blanquecino y estaba haciendo mucha sangre); no le veía sentido a continuar con ese marcador abultado en contra, hasta en dos ocasiones amagó con irse y hubo que recordarle que vamos a jugar y hacer deporte y que el resultado es lo de menos (de boquilla decimos eso aunque a todos nos gusta ganar, pues claro). Javi remató la faena con una espectacular vaselina de espaldas a la portería blanca, para sacarle a hombros por la puerta del BW Arena Stadium. Creo recordar que ese fue el 13-5, marcador ya definitivo, ya estaba bien, los blancos habían encajado en media hora 9 goles, sin hacer uno solo. Al igual que “Justino, un asesino de la 3ª edad”, los coloreados dieron una puntilla tremenda en el morrillo del morlaco blanqueado, que cayó derrengado, despatarrado, sin resuello y sin fuerzas para escapar de su cruel destino, el infierno de los perdedores.
INCIDENCIAS: temperatura excelente una vez más, sol tamizado por nubes altas que nos permitió disfrutar de una mañana magnífica para corretear tras la pelota. Por cierto, Eduardo llegó a decir que “se había pasado todo el partido corriendo tras la pelota, que siempre se le iba”; es cierto que no es la pelota con la que jugamos habitualmente, pero no está tan mal. Sí debemos comprar una nueva, así que sería recomendable recaudar dinero para renovar la que tenemos. La fuente del campo sigue estropeada y en los vestuarios el agua sale fría (si sale, porque a veces es un hilillo de plastilina, como decía aquel ministro refiriéndose al petrolero Prestige, ese ministro que ahora es candidato del PP dos veces derrotado); podía ser peor y que nos clausuraran el campo “sine die”, como ocurre con la pista de abajo, pero eso no obsta para que hagamos algo. Si tengo tiempo tramitaré un escrito de queja pero en buen tono, aunque me parece que en el BW tienen fuertes restricciones presupuestarias y no se van a gastar un euro en renovar ni mantener nada y si no que se lo digan a los que jugaban en la pista de abajo. Esta vez no había tiernos infantes que nos distrajeran con sus vocecillas, ya volverán como las golondrinas hacían antes del cambio climático.
JUGADORES BLANCOS: Luis, Gabi, Eduardo, Fernando y Joaquín “Guti”.
JUGADORES COLOR: Pepedu, Álvaro, Javi, Dani y yo mismo (JM-2).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 7 VICTORIAS COLOR, 3 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.