RESULTADO: 7-5 (VICTORIA EQUIPO BLANCO)
CRÓNICA: 29 partidos después, seguimos casi igualados en el cómputo anual, con los blancos resoplando en el cogote de los coloreados, dispuestos a alcanzarlos. Los blancos se resisten a su sino, a su fatal destino, a temporadas en las cuales más o menos han salido trasquilados; esta vez no quieren perder, sobre todo porque es la primera temporada en la que se realiza el cómputo de victorias y derrotas y figura por escrito el resultado final y a ninguno nos gusta perder, aunque sea en partidos de veteranos como los nuestros. El sábado pasado fue un partido igualado, con equipos equilibrados sobre el papel y en el propio campo, de hecho la primera parte terminó con un empate a 4 bastante significativo y fue en la segunda parte donde se rompió el partido, pero contémoslo con detalle, porque es un partido para analizar y no sólo por el juego de los equipos.
Los 10 primeros minutos fueron de acoso coloreado, con bastantes tiros sobre la puerta blanca, pero una actuación espectacular de Emilio como portero evitó que los coloreados inauguraran su marcador y pasó lo que suele suceder, el primer tiro blanco acabó entrando pegado al poste y se llevaron el premio gordo del gol; a ese primer gol sucedieron otros dos más, con una zaga coloreada francamente despistada, nada que ver con la de otros encuentros. Ese 3-0 fue recortado posteriormente por un gol coloreado pero los blancos volvieron a marcar y el 4-1 empezaba a pesar como una losa, aunque quedaba tiempo y poco a poco, gol a gol, alguno de bella factura, aunque sin jugar los coloreados del todo bien, se logró alcanzar el 4-4 a falta de un par de minutos para el final de la primera parte.
Y comenzó la segunda parte, también igualada como la primera pero esta vez se rompió de un modo que sigo pensando no debió ocurrir. Veamos, en nuestros partidos no hay árbitro, los árbitros somos todos los que participamos y contamos también con el juego limpio por parte de todos, intentando siempre hacer el menor daño posible a los contrarios y evitando hacer faltas para que el juego se desarrolle del modo más fluido posible. Somos veteranos, algunos más que otros, las patadas o empujones o las faltas a veces se producen por llegar tarde al balón, por entrar a destiempo o por simple mala suerte, no somos profesionales, todo esto es lo normal. Lo habitual también es que se piten las faltas muy evidentes, en las que ambos jugadores implicados reconocen, uno por haberla sufrido y otro por haberla cometido, que existe falta. Pues bien, ese espíritu de consenso se está perdiendo y el no reconocer las faltas propias o hacerlas aposta intentando que pasen desapercibidas y esperando que el contrario las señale ("pues pítala", reconociendo que se ha hecho pero callándose, a ver si cuela), esa forma de ver las faltas está logrando que se pierda el espíritu de caballerosidad que siempre nos ha caracterizado en el campo. El sábado pasado se produjo una muestra de ese modo de proceder; un penalty que no se señala porque el que cae espera que se reconozca por parte del que lo ha cometido pero éste se calla y dice que no ha hecho nada cuando es evidente que sí lo ha hecho; a continuación éste último coge y pita una falta intrascendente porque él entiende que se la han hecho pero no espera a que el que se supone la ha cometido lo reconozca, sino que se toma la libertad de decidir que ésta vez sí ha sido, pita la falta y ya está. En este caso se olvida el "quid pro quo", el consenso, antes no era penalty porque yo no lo reconocí pero ahora es falta aunque los demás no lo reconozcan y yo la saco y punto. Este hecho puntual alteró a algunos jugadores del equipo de color (con ello no justifico ningún empujón al contrario, ni mucho menos, pero razono el porqué de la alteración), otros jugadores del mismo equipo de color no entendieron el por qué sus compañeros se alteraban y el espíritu de equipo se perdió, se perdió concentración y el desconcierto se tradujo en 3 goles seguidos de los blancos. De ahí al final los coloreados reaccionaron pero algo tarde y solo marcaron un gol que dejó el marcador en el 7-5 final. Solo me cabe señalar que está bien competir, intentar ganar, pero sí dejamos de reconocer nuestras faltas, esperamos que si no se pitan pues mejor y nos tomamos la libertad de decidir cuando la pitamos y cuando no, pues mal vamos y mal acabaremos; hemos de volver al espíritu de la caballerosidad y el acuerdo, a la generosidad en el campo y a lo que en realidad es, un partido de amigos para distraernos los sábados por la mañana, quemando algunas calorías y, a veces, tomando el sol como si estuviéramos en el Caribe.
INCIDENCIAS: buen día para jugar al fútbol, esta vez no había niños por circunstancias diversas (yo particularmente lo eché en falta, el mío no pudo ir por estar malito, cosas de la garganta) y, debo destacarlo una vez más, escasa por no decir nula puntualidad. A las 10 sólo estábamos en el campo Eduardo (que había llegado a las 9:50 h) y yo mismo, del resto ni "flowers"; en fin, supongo que en vuestros trabajos sois algo más puntuales, porque lo que es en el fútbol desde luego no, así que por respeto hacia los que suelen llegar a su hora (y lo digo más bien por Eduardo, no por mí que reconozco que también llego tarde aunque no tan a menudo como otros), intentad hacer un pequeño esfuerzo de puntualidad. Vuelvo a recordar que debemos estar atentos a la reserva del BW para la temporada que viene, se supone que, al igual que otros años, el 1 de junio empieza el período de reserva, así que, Jose G., estate atento ya que eres nuestro comisionado para esta gestión. Ah! y Eduardo hizo uso de los vestuarios por primera vez en su vida, no sabemos que mosca le habrá picado, pero venía perfectamente equipado para dicha contingencia...
JUGADORES BLANCOS: Josema, Emilio, Fernando, Miguel Ángel, Luis y Eduardo.
JUGADORES COLOR: Roberto, Javi, Dani, Pepedu, Jucho y yo mismo.
CÓMPUTO TEMPORADA 2008-2009: 13 VICTORIAS COLOR, 12 VICTORIAS BLANCAS, 4 EMPATES.
Jose Manuel.
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