RESULTADO:17-8 (VICTORIA EQUIPO COLOR)
CRÓNICA: en anteriores crónicas he mencionado algunas películas o títulos clásicos, de los que siguen gustando e impresionando a pesar del paso de los años. Al relato de lo acontecido el pasado sábado le va muy bien un auténtico clásico de la literatura hispanoamericana, “Crónica de una muerte anunciada”, donde García Márquez narra que todo el pueblo sabe que alguien va a morir menos el, a la postre, asesinado. Pues bien, así fue, al terminar la primera parte se veía venir que el equipo blanco iba a despeñarse, a sufrir una amarga y cruel derrota sin remedio, y que no había solución, por mucho que lo intentasen. Y el caso es que no empezó mal el partido, igualado como los dos encuentros anteriores, se adelantó el equipo de color pero el empate llegó pronto e incluso los blancos se adelantaron en el marcador. Así anduvimos hasta el empate a 3, un verdadero partido de “toma y daca”, con oportunidades en ambas porterías y con defensas aplicadas. Pero se mascaba algo distinto en el ambiente, los coloreados eran más rápidos, cuando cortaban la pelota salían de modo fulgurante hacia la portería blanca (Tobías insistía en ese problema que tenían los blancos) y se plantaban al menos 3 jugadores en la boca de gol, abriéndose además hacia las bandas y dando pases de gol hacia el centro, donde se fallaban o se metían, pero daba miedo ver con que facilidad se presentaban delante de esa portería blanquecina. Y empezaron a caer goles de un solo lado, el coloreado, los blancos se atascaron en el 3 y surgieron las primeras voces de protesta y disensión blanquecinas ante la que se avecinaba (“Esa boquita...” llegó a decir Jucho, comedido como siempre). En mi cambio coincidí con Miguel Ángel, que ya vaticinaba que, “como nos metáis el 6-3, estamos perdidos”, ni Rappel hubiera estado más acertado... Al descanso, tras 60 minutos de partido, creo recordar que llegamos con un 8-3, “la venganza se sirve fría” me apuntaba un coloreado ante la previsión de lo que iba a ser la segunda parte. Y ni más ni menos, siguió el buen fútbol por parte del equipo de color, sin tampoco querer hacer “sangre” de la debacle blanca (aunque algún “detallito” se marcó Roberto ante Eduardo) y cayeron goles por todos lados y de bella factura (por no mencionar los postes que también hubo). ¡Ah!, se me olvidaba, Jucho se estrenó como goleador en las postrimerías del partido, marcando el gol número 17. Los blancos se quedaron aun más atónitos, por no decir atontados, cuando vieron como una reluciente camiseta negra se introducía entre sus líneas para remachar un buen saque de esquina. El gol fue convenientemente celebrado ante la mirada perdida de los jugadores blancos, que ya sí que no daban crédito a tanto desaguisado. En definitiva, un repaso espectacular, las cosas han quedado claras, para ganarle a los coloreados este año se necesita un equipo blanco a tope, mejor situado que en este último partido y más fuerte en defensa, es la única clave para poder mantener un encuentro equilibrado y con posibilidades de victoria.
INCIDENCIAS: magnífica mañana, con un sol reluciente, que a mediodía ya calentaba lo suyo. No había ningún niño por allí, a veces se echan de menos sus vocecillas (“papá, ¿dónde está la merienda?”, “papá, que no encuentro la pelota”, “papá, que X. me está pegando”, “papá, que me hago kk”..., en fin, cosas de niños que te desconcentran cuando estás inmerso en la lucha por conseguir darle a la pelota un par de veces). Interesante la charla posterior en La Viña, la cerveza afloja la mente y salen a la luz detalles escondidos en lo más profundo de las circunvoluciones cerebrales; así, nos enteramos de que el amigo Jose G., tanto presumir de su pueblo, y resulta que no ha nacido allí, sino a 15 kms., en Orcera, y que sus paisanos sileños se lo echan en cara cuando osa lanzar una opinión sobre su pueblo (recordemos que es Siles o, ya mejor dicho, expueblo de Jose G.). Lo mejor es que a los orcereños se les conoce como “rabudos”, en este punto sí que no podemos afirmar si él cumple y da la talla como sus paisanos orcereños. Dejando tranquilo a Jose G., no puedo olvidarme de Tobías; pensé que el otro día se equivocó y, medio dormido, agarró una camiseta blanca y con ella apareció por el BW. Nada de eso, su contumacia en la traición ya no tiene límites, de nuevo portaba una camiseta blanca pero esta vez recibió una merecida “tunda” futbolística (eso sí, destacable su esfuerzo dado que estaba algo lesionado, o eso creemos por la rodillera de dos palmos de largo que llevaba). Al ser 14, nos fuimos cambiando como buenos colegas, sin mayores problemas. En fin, entretenido el partido a pesar del monólogo coloreado y más entretenida aun la cervecilla posterior.
JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Joaquín “Guti”, Miguel Ángel, Jose Galdón, Eduardo, Gabi y Tobías.
JUGADORES COLOR: Roberto, Dani, Pepedu, Álvaro, Jucho, Josema y yo mismo (JM-3).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 2 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
CRÓNICA: en anteriores crónicas he mencionado algunas películas o títulos clásicos, de los que siguen gustando e impresionando a pesar del paso de los años. Al relato de lo acontecido el pasado sábado le va muy bien un auténtico clásico de la literatura hispanoamericana, “Crónica de una muerte anunciada”, donde García Márquez narra que todo el pueblo sabe que alguien va a morir menos el, a la postre, asesinado. Pues bien, así fue, al terminar la primera parte se veía venir que el equipo blanco iba a despeñarse, a sufrir una amarga y cruel derrota sin remedio, y que no había solución, por mucho que lo intentasen. Y el caso es que no empezó mal el partido, igualado como los dos encuentros anteriores, se adelantó el equipo de color pero el empate llegó pronto e incluso los blancos se adelantaron en el marcador. Así anduvimos hasta el empate a 3, un verdadero partido de “toma y daca”, con oportunidades en ambas porterías y con defensas aplicadas. Pero se mascaba algo distinto en el ambiente, los coloreados eran más rápidos, cuando cortaban la pelota salían de modo fulgurante hacia la portería blanca (Tobías insistía en ese problema que tenían los blancos) y se plantaban al menos 3 jugadores en la boca de gol, abriéndose además hacia las bandas y dando pases de gol hacia el centro, donde se fallaban o se metían, pero daba miedo ver con que facilidad se presentaban delante de esa portería blanquecina. Y empezaron a caer goles de un solo lado, el coloreado, los blancos se atascaron en el 3 y surgieron las primeras voces de protesta y disensión blanquecinas ante la que se avecinaba (“Esa boquita...” llegó a decir Jucho, comedido como siempre). En mi cambio coincidí con Miguel Ángel, que ya vaticinaba que, “como nos metáis el 6-3, estamos perdidos”, ni Rappel hubiera estado más acertado... Al descanso, tras 60 minutos de partido, creo recordar que llegamos con un 8-3, “la venganza se sirve fría” me apuntaba un coloreado ante la previsión de lo que iba a ser la segunda parte. Y ni más ni menos, siguió el buen fútbol por parte del equipo de color, sin tampoco querer hacer “sangre” de la debacle blanca (aunque algún “detallito” se marcó Roberto ante Eduardo) y cayeron goles por todos lados y de bella factura (por no mencionar los postes que también hubo). ¡Ah!, se me olvidaba, Jucho se estrenó como goleador en las postrimerías del partido, marcando el gol número 17. Los blancos se quedaron aun más atónitos, por no decir atontados, cuando vieron como una reluciente camiseta negra se introducía entre sus líneas para remachar un buen saque de esquina. El gol fue convenientemente celebrado ante la mirada perdida de los jugadores blancos, que ya sí que no daban crédito a tanto desaguisado. En definitiva, un repaso espectacular, las cosas han quedado claras, para ganarle a los coloreados este año se necesita un equipo blanco a tope, mejor situado que en este último partido y más fuerte en defensa, es la única clave para poder mantener un encuentro equilibrado y con posibilidades de victoria.
INCIDENCIAS: magnífica mañana, con un sol reluciente, que a mediodía ya calentaba lo suyo. No había ningún niño por allí, a veces se echan de menos sus vocecillas (“papá, ¿dónde está la merienda?”, “papá, que no encuentro la pelota”, “papá, que X. me está pegando”, “papá, que me hago kk”..., en fin, cosas de niños que te desconcentran cuando estás inmerso en la lucha por conseguir darle a la pelota un par de veces). Interesante la charla posterior en La Viña, la cerveza afloja la mente y salen a la luz detalles escondidos en lo más profundo de las circunvoluciones cerebrales; así, nos enteramos de que el amigo Jose G., tanto presumir de su pueblo, y resulta que no ha nacido allí, sino a 15 kms., en Orcera, y que sus paisanos sileños se lo echan en cara cuando osa lanzar una opinión sobre su pueblo (recordemos que es Siles o, ya mejor dicho, expueblo de Jose G.). Lo mejor es que a los orcereños se les conoce como “rabudos”, en este punto sí que no podemos afirmar si él cumple y da la talla como sus paisanos orcereños. Dejando tranquilo a Jose G., no puedo olvidarme de Tobías; pensé que el otro día se equivocó y, medio dormido, agarró una camiseta blanca y con ella apareció por el BW. Nada de eso, su contumacia en la traición ya no tiene límites, de nuevo portaba una camiseta blanca pero esta vez recibió una merecida “tunda” futbolística (eso sí, destacable su esfuerzo dado que estaba algo lesionado, o eso creemos por la rodillera de dos palmos de largo que llevaba). Al ser 14, nos fuimos cambiando como buenos colegas, sin mayores problemas. En fin, entretenido el partido a pesar del monólogo coloreado y más entretenida aun la cervecilla posterior.
JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Joaquín “Guti”, Miguel Ángel, Jose Galdón, Eduardo, Gabi y Tobías.
JUGADORES COLOR: Roberto, Dani, Pepedu, Álvaro, Jucho, Josema y yo mismo (JM-3).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 2 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
1 comentario:
La verdad es que no hay nada que objetar fueron muy superiores en todos los conceptos, tiro a puerta, colocacion, velocidad, concentracion y mis felicitaciones a Jucho porque despues de tantos años sobre 32 años es el primer gol que le veo marcar
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