RESULTADO: 6-4 (VICTORIA BLANCA)
CRÓNICA: con ese conocidísimo exabrupto o desbarro terminó el encuentro del sábado pasado, en el que el portero blanco logró sacar de quicio con sus continuas referencias al tiempo de duración del partido al que esto escribe. Por supuesto, el enojo o irritación se acabaron una vez terminado el partido, lo que pasa en la cancha no trasciende más allá.
Y es que fue un partido raro, muy raro. Si nos fijamos fue un marcador muy corto, con escasos goles para la dinamita presente en el campo, la pólvora parece que se nos mojó sobre todo a los coloreados. Para empezar, los blancos metieron dos goles seguidos en los primeros diez minutos sin apenas enterarnos los coloreados (sobre todo yo que estaba de portero), Pepedu logró disminuir la ventaja pero al poco tiempo los blanquecinos marcaron de nuevo. Un 3-1 en apenas quince minutos, aquello auguraba un encuentro con muchos goles, en el que la capacidad anotadora y la finura de los equipos serían el factor determinante. Pero no, no fue así, los goles fueron cayendo con cuenta gotas, creo recordar que con la secuencia siguiente: Javi se elevó cual águila imperial y remató un saque de esquina cabeceando a la red, respuesta blanca que supuso el 4-2, robo de balón en el centro del campo y tras pared entre Javi y Dani creo que éste último empujó el balón a la red y, por último y apurando el tiempo de la primera parte, remate del que esto escribe que tocó en un jugador blanco y para adentro, fin de la primera parte con empate a cuatro. Tras sesenta minutos de partido, acababa con un empate que prometía una disputada segunda parte.
Sin embargo, la segunda parte fue más rara aun que la primera; los jugadores de color, al menos yo tuve esa sensación, no acabábamos de encontrarnos a gusto en el campo, no teníamos un patrón de juego definido, creo que el individualismo nos pudo y no conectábamos fluidamente unos con otros, rematábamos a puerta pero no se olía el peligro de otras ocasiones. En fin, desastre total coloreado, ni un gol en toda la segunda parte y así es imposible ganar un partido. A eso se suma que Jose G., lesionado, disputó toda la segunda parte como portero y no se le dio mal la tarea (eso sí, calladito hubiera estado mejor...bueno, está bien, que cada uno diga lo que quiera). Los blanquecinos lograron un gol afortunado que les adelantó nuevamente en el marcador (remató Álvaro a puerta, Pepedu chocó con Javi que estaba de portero, Albert también estorbó a Javi y el balón, de modo inverosímil, entró en la portería coloreada) y, en las postrimerías del encuentro, añadieron otro más que supuso el 6-4 definitivo. Por tanto, segunda derrota coloreada consecutiva en un partido que podemos calificar como malo por ambos bandos, creo que todos hemos jugado mucho mejor y de modo más vistoso en otras ocasiones. Por último, parafraseando la primera película (“Aterriza como puedas”) que creaba el subgénero de las “scary movies”, “Luis, has elegido un mal día para dejar de ser blanco”.
CRÓNICA: con ese conocidísimo exabrupto o desbarro terminó el encuentro del sábado pasado, en el que el portero blanco logró sacar de quicio con sus continuas referencias al tiempo de duración del partido al que esto escribe. Por supuesto, el enojo o irritación se acabaron una vez terminado el partido, lo que pasa en la cancha no trasciende más allá.
Y es que fue un partido raro, muy raro. Si nos fijamos fue un marcador muy corto, con escasos goles para la dinamita presente en el campo, la pólvora parece que se nos mojó sobre todo a los coloreados. Para empezar, los blancos metieron dos goles seguidos en los primeros diez minutos sin apenas enterarnos los coloreados (sobre todo yo que estaba de portero), Pepedu logró disminuir la ventaja pero al poco tiempo los blanquecinos marcaron de nuevo. Un 3-1 en apenas quince minutos, aquello auguraba un encuentro con muchos goles, en el que la capacidad anotadora y la finura de los equipos serían el factor determinante. Pero no, no fue así, los goles fueron cayendo con cuenta gotas, creo recordar que con la secuencia siguiente: Javi se elevó cual águila imperial y remató un saque de esquina cabeceando a la red, respuesta blanca que supuso el 4-2, robo de balón en el centro del campo y tras pared entre Javi y Dani creo que éste último empujó el balón a la red y, por último y apurando el tiempo de la primera parte, remate del que esto escribe que tocó en un jugador blanco y para adentro, fin de la primera parte con empate a cuatro. Tras sesenta minutos de partido, acababa con un empate que prometía una disputada segunda parte.
Sin embargo, la segunda parte fue más rara aun que la primera; los jugadores de color, al menos yo tuve esa sensación, no acabábamos de encontrarnos a gusto en el campo, no teníamos un patrón de juego definido, creo que el individualismo nos pudo y no conectábamos fluidamente unos con otros, rematábamos a puerta pero no se olía el peligro de otras ocasiones. En fin, desastre total coloreado, ni un gol en toda la segunda parte y así es imposible ganar un partido. A eso se suma que Jose G., lesionado, disputó toda la segunda parte como portero y no se le dio mal la tarea (eso sí, calladito hubiera estado mejor...bueno, está bien, que cada uno diga lo que quiera). Los blanquecinos lograron un gol afortunado que les adelantó nuevamente en el marcador (remató Álvaro a puerta, Pepedu chocó con Javi que estaba de portero, Albert también estorbó a Javi y el balón, de modo inverosímil, entró en la portería coloreada) y, en las postrimerías del encuentro, añadieron otro más que supuso el 6-4 definitivo. Por tanto, segunda derrota coloreada consecutiva en un partido que podemos calificar como malo por ambos bandos, creo que todos hemos jugado mucho mejor y de modo más vistoso en otras ocasiones. Por último, parafraseando la primera película (“Aterriza como puedas”) que creaba el subgénero de las “scary movies”, “Luis, has elegido un mal día para dejar de ser blanco”.
INCIDENCIAS: temperatura algo fría (para eso estamos en diciembre) aunque el sol empezó a calentar y acabamos con una temperatura benigna para esta época del año. Muchos niños por allí (Fran Patricio trajo 4 entre los suyos y añadidos, a los que se sumaron 2 de Luis, una de las niñas de Albert y el mío), tras el partido diputamos otro encuentro entre sus sufridos padres y ellos en el que quedamos empate, que conste. Estreno del balón made in China, no se portó mal, por 8,90 € merece la pena comprar otro. Admirable la labor de Jose G. como portero del equipo blanco, aguantó toda la segunda parte lesionado y lo hizo demasiado bien para el gusto de los coloreados. De las instalaciones del BW ya casi mejor no hablar, van cayendo en picado conforme avanza la temporada, esperemos que remonten.
JUGADORES BLANCOS: Eduardo, Jose G., Emilio Lora, Fernando, Fran Patricio y Álvaro.
JUGADORES COLOR: Pepedu, Albert, Dani, Javi, Luis y yo mismo (JM-1).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 7 VICTORIAS COLOR, 5 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
1 comentario:
Por cierto, en la crónica se me ha olvidado comentar el lamentable servicio que nos ofrece La Viña, sobre todo en el tema del trato como clientes (últimos en servirnos, trato de compadreo como si fuéramos unos niñatos, vacile con los retrasos cuando pedimos, dudas que personalmente tengo sobre la liquidación de las cuentas, etc). Ya sé que es nuestro punto de encuentro, que para los que vamos con niños nos viene muy bien, que es cómodo porque lo cargan todo a la misma cuenta (lo nuestro y empiezo a pensar que lo de más allá), etc, pero eso no es óbice para que el trato con unos clientes tan honrados, serios y que no damos problemas sea peor que el que prestan a los demás.
Por tanto, propongo que para empezar la próxima vez que vayamos controlemos las cervezas que tomamos, hagamos nuestra suma y la contrastemos debidamente; en segundo lugar, el otro día liquidé la cuenta, le dije directamente que "o me cobras ya o me voy", el calvo me dijo "¿que os pasa hoy?" (como si fuéramos nosotros los que hubiéramos hecho algo extraño cuando fue él el que retrasaba constantemente el servirnos en condiciones), por supuesto no respondí, se dio la vuelta, me dijo cuánto era, pagué y punto, sin ningún tipo de compadreo. Creo que eso es lo que nos pierde, el compadreo, por su comportamiento no debemos dar lugar a esto, cada vez que aparecemos por la barra nos relega al último lugar (donde hay "confianza" hay asco). Por tanto, nada de mamoneo, lo peor que hay es que te consideren un cliente "seguro".
Hala, ya me he "quedao" tranquilo, saludos prenavideños.
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