lunes, 25 de enero de 2010

CRÓNICA 23.01.2010 ("ERAN 10")

RESULTADO: 7-4 (VICTORIA BLANCA)

CRÓNICA: Sevilla, sábado, nueve de la mañana. A partir de esa hora se desata el diluvio universal y el que esto escribe, impávido, asiste desde su ventana al espectáculo del agua que se precipita desde nubes oscuras hacia el suelo y choca con un terreno incapaz de absorberla. “Da igual”, pienso, “en el BW nos veremos y aunque siga lloviendo jugaremos”. Y efectivamente, así fue, 10, fuimos 10 los que nos presentamos dispuestos a todo y a dar lo mejor de nosotros mismos por nuestros colores (nunca mejor dicho, porque excepto los de blanco el resto vestimos como nos parece, eso sí, sin coincidir en colores que ir conjuntaditos con los demás es de mariposones). Éramos 10, a las 10 de la mañana (esto último es un decir, una licencia poética dada nuestra impuntualidad de la que pocos escapan). Lo de 10 me recuerda a un libro que se titulaba precisamente “Eran 10” de un tal Konsalik y que narraba las aventuras y sobre todo desventuras de 10 comandos alemanes que pretendían asesinar a Stalin durante la IIGM; aquellos tíos le echaban arrestos (por no decir huevos) al tema y se jugaban el tipo en territorio enemigo, igual que todos nosotros nos jugamos el tipo en el BW cada sábado y especialmente este último. En fin, me dan ganas de darle cierto tinte bélico a esta crónica y me parece que lo voy a hacer, para eso la escribo yo y además creo que es acorde con lo experimentado el sábado pasado.

Tras apartar el agua que pudimos de los charcos empezamos nuestro peculiar partido, nada de cambios esta vez y sí más huecos para jugar dado que éramos sólo 10. Y nada más comenzar los blancos literalmente fueron a por el partido aprovechando que Jucho cumplía con el primer turno de portero coloreado; no contaban con su pundonor y colocación, ayudado por una defensa férrea a su alrededor, que logró contener la avalancha blanca de los primeros 10 minutos. Tras ese turno los coloreados nos estiramos un poco y las oportunidades menudearon en ambas porterías pero esta vez sí marcaron los blancos aprovechando un balón que todos creíamos se perdía por el fondo pero Emilio, con su nuevo aspecto sílfico (de sílfide, no de sifilítico, cuidado que no es lo mismo), alcanzó el balón, centró, dio en el palo y un blanco aprovechó el rebote para marcar. A ese gol se sumó otro más al poco tiempo, parecía que encarrilaban la victoria pero una buena jugada coloreada con remate fuerte cruzado de Dani supuso el 2-1 que devolvía la esperanza a los coloreados de mejorar el resultado. En esas estábamos cuando ocurrió lo que suele pasar cuando somos 10: Jucho se lesionó en un muslo, los masajes que le dimos con todo el mimo del mundo no lograron recuperarlo y tuvo que volver a ocupar su puesto de portero. Particularmente creo, aparte de los méritos blancos, que los tuvieron y demostraron, que este desgraciado infortunio mediatizó el resto del partido (y aun quedaba mucho partido, la mitad de la primera parte y toda la segunda). ¿Por qué lo afirmo? Pues porque a partir de ese momento tuvimos que tejer una red numantina o saguntina alrededor de nuestra portería, nuestro objetivo era evitar que los blanquecinos tiraran a puerta ya que nuestro portero estaba capitidisminuido. Con esa actitud tuvimos que desentendernos del ataque, quedarnos alguno siempre atrás cuando adelantábamos líneas para abortar posibles contragolpes blancos que nuestro portero no estaba en condiciones de afrontar puesto que casi no podía moverse. Los blancos marcaron dos goles más, los coloreados no tuvimos esa suerte o, mejor dicho, no acertamos con las oportunidades que tuvimos y finalizó la primera parte con un 4-1 que pesaba como una losa del Valle de los Caídos en el ánimo coloreado.

La segunda parte trae a mi memoria la gesta espartana en el paso de las Termópilas (bueno, lo que uno se crea, que la historia la escribieron ellos y no los persas. Para más información se recomienda la lectura del libro “Las puertas de fuego” –no recuerdo el autor- y, algo menos recomendable, la visión de la película de estética de gimnasio gay “300”). La portería coloreada se transformó en ese conocido paso y el equipo coloreado, con sus particulares espartanos encabezados por Jucho, cual Leonidas redivivo, blandió sus imaginarios escudos marcados con la lambda ante los malvados y blanquecinos persas que querían seguir haciendo sangre en el lacerado cuerpo de nuestro insigne portero. Los ataques desaforados blancos fueron detenidos y, ante la sorpresa de los persas blanqueados, hubo un contraataque espartano que, en un par de minutos, dejó el marcador en un esperanzador 4-3, tras la consecución por Albert de un par de goles en buenas jugadas con Luis y Dani. Pero el equipo coloreado estaba herido de muerte desde hacía muchos minutos, los maliciosos persas blanqueados ya habían encontrado el paso traicionero a través de las montañas y un tiro lejano y fuerte de Fernando aumentó su ventaja que se vio incrementada con otro gol más. Aun así Dani pegó un tirazo impresionante desde medio campo que el portero blanco no logró detener con sus manitas (algún reproche le cayó encima en forma de bocinazo), era un 6-4 que no supuso mucho cambio dado que poco después los blancos establecían el 7-4 definitivo.

Y ya está bien, que vaya hartura de escribir que me estoy pegando. Sólo quiero recordarle a los malvados persas blanqueados que, al año siguiente, Jerjes y sus miles de hombres cayeron ante una coalición griega en Platea y que los escudos con las lambdas encabezaban el ejército griego, de múltiples colores...menos el blanco. Y la historia siempre se repite...

INCIDENCIAS: lluvia intensa y copiosa justo la hora antes del partido y después de acabar, pero no durante el mismo, lo cual no sé a quién agradecérselo (seguro que alguien lo tendrá más claro). Campo encharcado para nuestra sorpresa (seguramente incapaz de absorber más agua tras tanta lluvia monzónica); Eduardo se hizo con un escobón y entre todos extendimos el agua de las zonas encharcadas y pudimos empezar nuestro partido sin mayor peligro. Ariadna, la única chiquilla que fue por allí, remató la faena limpiando el agua de las bandas mientras jugábamos, le sirvió de entretenimiento y a nosotros nos vino muy bien y se lo agradecimos, seguro que el resto de niños si hubieran ido también hubieran disfrutado con ese “juego especial” (hubieran acabado peleándose por coger el escobón...). Del agua caliente ni “flowers”, aun no está autorizada la instalación por industria, me dijeron que igual esta semana, pero conociendo como trabaja la administración, no me creo mucho. Esperamos la pronta recuperación de Jucho-Leónidas y que nos vuelva a deleitar con sus carreras. Ah! y en La Viña es verme el calvo bigotón y atenderme rápido, espero que siga así por mucho tiempo.

JUGADORES BLANCOS: Eduardo, Emilio Lora, Fernando, Álvaro y Fran Patricio.
JUGADORES COLOR: Jucho, Dani Gaume, Albert, Luis y yo mismo.

CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 7 VICTORIAS COLOR, 7 VICTORIAS BLANCAS, 1 EMPATE.

Jose Manuel.

10 comentarios:

Jucho (correo) dijo...

MORIRÉ CON LA BOTAS PUESTAS.
Bravísima la crónica. Enhorabuena.
Este próximo sábado me toca currar y permitidme que desde el lecho del dolor, sumido en la más estúpida de las lesiones, deciros que ni la lluvia, ni el viento, ni los tiros envenenados de los blanquitos, ni el ataque psicológico continuo de Eduardo, ni nada de nada, podrán hacer de este humilde colorín sentirse derrotado...
Cuando estaba malherido, fruto de...de qué digo yo...¿será la edad? ¿serán los kilos? ¿serán mágicas pociones de los blanquitos? ¿budú?...lo ignoro, pero fuera por lo que fuese, y pese a mi estado similar al cojo manteca, me alegro de mi lesión por que gracias a ella demostramos a los blanquitos de qué materia estamos hechos. De qué acero hemos sido forjados.
Cuando uno sufre, el resto de la manada corre a protegerlo haciéndose una piña a su alrededor. Cinturón "casi" infranqueable de fornidos cuerpos que a modo de dianas, se interponían entre los potentes balonazos y este cobarde portero que os escribe. Ejército de valientes. Compañeros fieles.
Eso es un equipo y no otra cosa. Cuánto os queda por aprender aún pequeños blanquitos, cuánto por aprender....
En fin, que estuve el sábado y domingo con calmatex y parece que poquito a poco va la pierna colocándose en su sitio, y como este sábado que viene me toca trabajar, lo agradezco pues me servirá de descanso.
Eso sí, preparaos para la reincorporación. Será tremenda. Con dos cojones.
Me reitero con lo de tu crónica Jose. Enhorabuena.

Jose Luis (correo) dijo...

Desde la lejanía a vuestros partidos me he leído la crónica enterita y he disfrutado de ella, pero me asalta una duda que me llena de desasosiego: ¿cómo sabe Jose cuál es la estética de los gimnasios gay? Preocupado me quedo…

P.D.: Que te recuperes Jucho.

Jose Manuel (correo) dijo...

Que no te asalte duda alguna, con ver la tele de vez en cuando o pasearte por la calle observas la estética gay (obsesión por la cubitera en la barriga, bíceps desarrollados, pechos depilados, pantorrillas más anchas que el muslo, culito respingón, ropitas ajustadas...) y te puedo asegurar que el sábado pasado sólo había machotes de pelo en pecho en el BW Arena Stadium. Eso no quiere decir que todos los musculosos ni todos los que se depilan sean gays, pero su estética se ha ido imponiendo y somos pocos los que resistimos, cual galos, el acoso de esa imagen ambigua antes conocida como metrosexual.

Jucho (correo) dijo...

Quiero aclarar que los comentarios de Jose sobre los gimnasios gays se los ha facilitado Eduardo.

Anónimo dijo...

Supongo que habéis sidos forjados de acero de carbono, nada de material simple, sino aleación de hierro que no supera los límites del carbono que implican fragilidad e impiden la forja. Eso sí que os echen una pizquita de Cromo que os haga inoxidables y resistentes a la corrosión.
Entre la historia recordada por el bravo cronista y la metalurgia..no hay duda que la próxima batalla será la vuestra COLORINES !!

Anónimo dijo...

Vale académico se me ha colado una s de más..sido sido y el sino...pero al menos no soy "ovíparo"

Jose Manuel dijo...

Corroídos por la envidia está alguno de vernos trotar aun por esos campos de Dios con tan avanzadas edades y de echarle ilusión a estos partidillos. En cuanto a la forja, creo que tanto blanqueados como coloreados estamos hechos de material del mejor, aunque como sigamos así acabaremos jugando con prótesis varias, pero ahí estaremos, dándolo todo por nuestros múltiples colores. En fin, que con sobrevivir nos seguiremos conformando...

Jose Manuel (correo) dijo...

Hay una mítica frase que aun resuena en mis oídos, patrimonio de un histórico de nuestros partidos que recorría la banda con unas calzonas negras cuatro tallas más pequeña y que, como una letanía mil veces repetida, pronunciaba su "NO HAY DOLOR, NO HAY DOLOR..." mientras encaraba la portería contraria. Esa frase sigue siendo de aplicación para todos los que aparecemos por el BW Arena Stadium, el dolor queda fuera y nuestro espartanismo patente en cada partido.

PD. Lástima la de gente que ya no juega con nosotros y a los que nunca hemos hecho partidos homenaje en condiciones...seguro que los más antiguos reconoceréis fácilmente al inefable jugador de las calzonas negras diminutas y camiseta blanca atemporal, cuyos guantes de portero eran de la época de Superpaco...

Anónimo dijo...

Vale sobrevivir no está mal a vuestras edades, con prótesis o no jugando hasta la liga de la residencia de mayores retomando vuestra mítica letanía..no hay dolor no hay dolor...sí sí aún queda hombre ..pero no es envidia la que le corroe a más de uno

Jose Manuel dijo...

Lo de la envidia era genérico y me refería a aquellos que por circunstancias varias (lesiones, viven en otro sitio, responsabilidades familiares extremas...) no pueden seguir disfrutando de los sábados...fútbol. Algunos se han dedicado a otros deportes y les va bien, yo mismo también practico otros y no están mal, supongo que serán la alternativa para cuando me retire (momento que no está tan lejano...). Y sí, en la residencia, si nos aceptan, será interesante organizar partidos con taca-taca y correr por la banda con el gotero y los pañales mientras con voz entrecortada seguimos repitiendo "no hay dolor, no hay dolor" hasta caer fulminados. Eso sí que será morir con las botas (de fútbol) puestas. Pero para eso queda mucho, ¡eh!, pero que mucho, no nos adelantemos aun y sigamos disfrutando de estos momentillos, mañana precisamente toca otro de esos partidos irrepetibles a los que esperamos sobrevivir con la ayuda de los hados o de quien sea.