RESULTADO: 12-6 (VICTORIA COLOR)
CRÓNICA: un sábado más comenzábamos a llegar, algunos más pronto y la mayoría más tarde, con nuestras camisetas multicolores (predominantemente rojas en este partido) o simplemente blancas, al rectángulo verdoso con tintes dorados llamado Pista 2 (la de arriba) del Blanco White. Este último día éramos 14, se preveían cambios, los blancos abundaban y Joaquín, atraído por nuestros cantos de sirena, decidió enfundarse su elástica granate y acompañarnos una vez más. A priori debía ser un encuentro competido, de resultado incierto, pero en el ambiente flotaba algo distinto y a la vez conocido; me refiero a que últimamente el equipo de COLOR sale al campo con una sonrisa y convencido de su victoria final. Siguiendo con la costumbre de mencionar películas que vengan al caso, esa sensación previa me recuerda otra genial película, “Apocalypse now”, en concreto una escena en la que Robert Duvall, el coronel aficionado al surf que mandaba el batallón de helicópteros que atacó un pequeño pueblo vietnamita, comenta lo siguiente tras un ataque con napalm por parte de la aviación norteamericana: “¿Oléis eso? Nada huele como el napalm. Es el olor de la...victoria”. Pues eso, a victoria huele el equipo de color, el napalm de modo figurado se esparce por el propio campo, los coloreados inspiran, olfatean el aire que huele a victoria y desde el principio salen convencidos de que pueden lograrla, su disposición, actitud, lucha por cada pelota, pases medidos, su rapidez, todo eso se traduce en buen juego y al final acaban llegando los goles. Todo eso sea dicho sin desmerecer para nada los esfuerzos titánicos del equipo blanco que también lucha, se mueve, se pega al contrario y plantea una defensa férrea y eficaz que muchas veces es difícil de superar; pero ese apuesta, basada en la fuerza y en el amontonamiento de hombres delante de su portero, no está siendo suficiente en los últimos partidos, no lo es ya. Ese esquema ha funcionado en otras ocasiones, pero cuando te cogen la medida y empiezan a caer los goles en tu portería, hay que cambiar de estrategia, ya van cuatro derrotas seguidas y hay que enderezar el rumbo. Los coloreados se han convertido en un auténtico Ferrari, el caballito símbolo de la marca se ha desbocado, mientras que los blancos se han quedado anclados en un bondadoso Seat Panda, duro y rocoso pero sin atisbo de detalles que pueda conducirlos hacia la victoria.
Pero centrémonos en el partido y dejemos las disquisiciones de entrenador aficionado. Como otras veces, los coloreados empezaron atacando y los blancos defendiéndose y saliendo al contraataque; al poco tiempo, fruto de esa presión, llegó el primer gol coloreado marcado por Álvaro y ya no hubo más empates, los blancos siempre fueron por detrás en el marcador, a más o menos goles. Recuerdo un tres a uno como la distancia más corta al principio del partido, luego siempre osciló entre 3 ó 4 goles. Lo cierto es que es difícil jugar a remolque, los blancos tenían que meter goles, acortar distancias, pero cuando metían algún gol, al poco tiempo los coloreados marcaban nuevamente (y es que había mucha dinamita entre sus filas), manteniendo la ventaja. Todo era lógico, el juego coloreado se basaba en el control del balón, en dar muchos pases asegurados, se buscaban los huecos y las jugadas rápidas acababan normalmente en disparos a puerta que multiplicaban las posibilidades de lograr goles; además también cortaban muchas de las jugadas blancas, estando muy aplicados en defensa. De todos modos, llegamos a un 9-6 que mantenía la llama de la esperanza entre los blancos de lograr un resultado positivo a base de meter presión y conseguir más goles que le acercaran definitivamente en el marcador, pero algo pasó en ese campo verdecillo y acolchado que me trasciende a mí mismo. Emilio Lora (cito el apellido porque había dos Emilios) me pedía que fuera objetivo en esta crónica pero que podía “autohalagarme”, reflejando mis virtudes futboleras demostradas en este partido; como dice Chiquito, “no puedorr, no puedorrr...”, así que, como no puedo evitarlo y todos tenemos nuestro ego, lo cuento tal y como lo viví. Javi, como portero, me pasó el balón dentro de mi propio campo, Luis me salió al paso, lo esquivé y vi un hueco directo hacia la portería blanca, aunque había tres jugadores blancos en los alrededores y Luis seguía molestándome. Me lancé hacia delante, las largas piernas de los jugadores blancos se interponían pero con los correspondientes regates y cual slalom invernal (y gracias también a que, en su bondad, ningún jugador blanco me partió las piernas para evitar que continuara) conseguí plantarme delante del portero blanco al que batí con un tiro cruzado. Era mi jugada ideal (en este mismo partido también marqué otro gol con la izquierda en un saque de esquina, a media altura y de espaldas a la portería, no pensé que lo superaría en belleza en el mismo partido), el corazón me latía revolucionado (me había pegado una buena carrera), no besé el suelo porque me hubiera llenado los morros de arena, me acordé de Eduardo que busca siempre ese tipo de jugadas y poco más, era el 10-6 y creo que también tocó algo la moral de los jugadores blancos, que veían como nos distanciábamos otra vez en el marcador. Perdonad que me haya extendido, pero tenía ganas de narrarlo y también vuestro permiso para hacerlo. Dejad que, por una vez, el cronista se exceda de sus atribuciones y escriba en primera persona: la emoción aun me embarga, mis ojos se humedecen recordando los regates y el estupor blancos, snif snif....después de esto ya puedo retirarme con total tranquilidad, con la sensación del deber cumplido... De ahí al final los coloreados marcaron dos goles más hasta dejar el marcador en un 12-6 definitivo, resultado algo más amplio de lo que esperaban pero que ahí está. Ah, por cierto, Joselito, que no estás para jubilarte aun, a pesar de que te contuviste y no arriesgaste como otras veces, sigues teniendo maneras y fuerzas para seguir participando activamente y aportando tu sapiencia futbolera. Para concluir, esto parece que no varía, los coloreados siguen o seguimos dándole caña a los blancos, venga quien venga, haga calor o frío, es lo que toca este otoño y ya hace falta que los blancos ganen 3 partidos para al menos empatar en el cómputo parcial de la temporada y se vislumbra complicado, muy complicado, pero no hay nada imposible y menos en un campo de fútbol.
INCIDENCIAS: mañana veraniega-primaveral en pleno otoño, con calor más propio de mayo-junio que del último día de octubre. Reapariciones de Javi, tras su período bicicletero, Manolo y Emilio Márquez, esperemos que estos dos últimos tengan continuidad. A las 10 en punto sólo estábamos en el campo mi chiquillo, Joaquín “Guti” y yo mismo, aunque hemos de reconocer que el resto llegó pronto (está mejorando algo la cuestión de la puntualidad) y logramos empezar a las 10:20, todo un record. No hubo descansos, ya teníamos cambios y como machotes que somos ni paramos ni nada de nada, así que nos metimos 100 minutos de partido entre pecho y espalda, ni los del Alcorcón se lo curran tanto. Tres niños por allí (Javier, Reyes y Jose Manuel jr.), se portaron bien y apenas dieron lata. Álvaro dejó de jugar a falta de 10 minutos debido a una torcedura en su pie, suponemos que sin mayor trascendencia. No había agua caliente en el vestuario y la fría que salía era un hilillo, así que fue un poco desastroso el apartado de “higiene” postpartido, esperemos que esto no se repita, porque es uno de los aspectos que más valoramos. Visita inesperada del amigo Juan que se tragó el partido entero y cuya pronta reaparición deseamos.
JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Jose Galdón, Luis, Gabi, Josema, Fernando y Emilio Márquez.
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Álvaro, Javi, Manolo Lora, Joaquín “Guti” y yo mismo (JM-4).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 5 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
CRÓNICA: un sábado más comenzábamos a llegar, algunos más pronto y la mayoría más tarde, con nuestras camisetas multicolores (predominantemente rojas en este partido) o simplemente blancas, al rectángulo verdoso con tintes dorados llamado Pista 2 (la de arriba) del Blanco White. Este último día éramos 14, se preveían cambios, los blancos abundaban y Joaquín, atraído por nuestros cantos de sirena, decidió enfundarse su elástica granate y acompañarnos una vez más. A priori debía ser un encuentro competido, de resultado incierto, pero en el ambiente flotaba algo distinto y a la vez conocido; me refiero a que últimamente el equipo de COLOR sale al campo con una sonrisa y convencido de su victoria final. Siguiendo con la costumbre de mencionar películas que vengan al caso, esa sensación previa me recuerda otra genial película, “Apocalypse now”, en concreto una escena en la que Robert Duvall, el coronel aficionado al surf que mandaba el batallón de helicópteros que atacó un pequeño pueblo vietnamita, comenta lo siguiente tras un ataque con napalm por parte de la aviación norteamericana: “¿Oléis eso? Nada huele como el napalm. Es el olor de la...victoria”. Pues eso, a victoria huele el equipo de color, el napalm de modo figurado se esparce por el propio campo, los coloreados inspiran, olfatean el aire que huele a victoria y desde el principio salen convencidos de que pueden lograrla, su disposición, actitud, lucha por cada pelota, pases medidos, su rapidez, todo eso se traduce en buen juego y al final acaban llegando los goles. Todo eso sea dicho sin desmerecer para nada los esfuerzos titánicos del equipo blanco que también lucha, se mueve, se pega al contrario y plantea una defensa férrea y eficaz que muchas veces es difícil de superar; pero ese apuesta, basada en la fuerza y en el amontonamiento de hombres delante de su portero, no está siendo suficiente en los últimos partidos, no lo es ya. Ese esquema ha funcionado en otras ocasiones, pero cuando te cogen la medida y empiezan a caer los goles en tu portería, hay que cambiar de estrategia, ya van cuatro derrotas seguidas y hay que enderezar el rumbo. Los coloreados se han convertido en un auténtico Ferrari, el caballito símbolo de la marca se ha desbocado, mientras que los blancos se han quedado anclados en un bondadoso Seat Panda, duro y rocoso pero sin atisbo de detalles que pueda conducirlos hacia la victoria.
Pero centrémonos en el partido y dejemos las disquisiciones de entrenador aficionado. Como otras veces, los coloreados empezaron atacando y los blancos defendiéndose y saliendo al contraataque; al poco tiempo, fruto de esa presión, llegó el primer gol coloreado marcado por Álvaro y ya no hubo más empates, los blancos siempre fueron por detrás en el marcador, a más o menos goles. Recuerdo un tres a uno como la distancia más corta al principio del partido, luego siempre osciló entre 3 ó 4 goles. Lo cierto es que es difícil jugar a remolque, los blancos tenían que meter goles, acortar distancias, pero cuando metían algún gol, al poco tiempo los coloreados marcaban nuevamente (y es que había mucha dinamita entre sus filas), manteniendo la ventaja. Todo era lógico, el juego coloreado se basaba en el control del balón, en dar muchos pases asegurados, se buscaban los huecos y las jugadas rápidas acababan normalmente en disparos a puerta que multiplicaban las posibilidades de lograr goles; además también cortaban muchas de las jugadas blancas, estando muy aplicados en defensa. De todos modos, llegamos a un 9-6 que mantenía la llama de la esperanza entre los blancos de lograr un resultado positivo a base de meter presión y conseguir más goles que le acercaran definitivamente en el marcador, pero algo pasó en ese campo verdecillo y acolchado que me trasciende a mí mismo. Emilio Lora (cito el apellido porque había dos Emilios) me pedía que fuera objetivo en esta crónica pero que podía “autohalagarme”, reflejando mis virtudes futboleras demostradas en este partido; como dice Chiquito, “no puedorr, no puedorrr...”, así que, como no puedo evitarlo y todos tenemos nuestro ego, lo cuento tal y como lo viví. Javi, como portero, me pasó el balón dentro de mi propio campo, Luis me salió al paso, lo esquivé y vi un hueco directo hacia la portería blanca, aunque había tres jugadores blancos en los alrededores y Luis seguía molestándome. Me lancé hacia delante, las largas piernas de los jugadores blancos se interponían pero con los correspondientes regates y cual slalom invernal (y gracias también a que, en su bondad, ningún jugador blanco me partió las piernas para evitar que continuara) conseguí plantarme delante del portero blanco al que batí con un tiro cruzado. Era mi jugada ideal (en este mismo partido también marqué otro gol con la izquierda en un saque de esquina, a media altura y de espaldas a la portería, no pensé que lo superaría en belleza en el mismo partido), el corazón me latía revolucionado (me había pegado una buena carrera), no besé el suelo porque me hubiera llenado los morros de arena, me acordé de Eduardo que busca siempre ese tipo de jugadas y poco más, era el 10-6 y creo que también tocó algo la moral de los jugadores blancos, que veían como nos distanciábamos otra vez en el marcador. Perdonad que me haya extendido, pero tenía ganas de narrarlo y también vuestro permiso para hacerlo. Dejad que, por una vez, el cronista se exceda de sus atribuciones y escriba en primera persona: la emoción aun me embarga, mis ojos se humedecen recordando los regates y el estupor blancos, snif snif....después de esto ya puedo retirarme con total tranquilidad, con la sensación del deber cumplido... De ahí al final los coloreados marcaron dos goles más hasta dejar el marcador en un 12-6 definitivo, resultado algo más amplio de lo que esperaban pero que ahí está. Ah, por cierto, Joselito, que no estás para jubilarte aun, a pesar de que te contuviste y no arriesgaste como otras veces, sigues teniendo maneras y fuerzas para seguir participando activamente y aportando tu sapiencia futbolera. Para concluir, esto parece que no varía, los coloreados siguen o seguimos dándole caña a los blancos, venga quien venga, haga calor o frío, es lo que toca este otoño y ya hace falta que los blancos ganen 3 partidos para al menos empatar en el cómputo parcial de la temporada y se vislumbra complicado, muy complicado, pero no hay nada imposible y menos en un campo de fútbol.
INCIDENCIAS: mañana veraniega-primaveral en pleno otoño, con calor más propio de mayo-junio que del último día de octubre. Reapariciones de Javi, tras su período bicicletero, Manolo y Emilio Márquez, esperemos que estos dos últimos tengan continuidad. A las 10 en punto sólo estábamos en el campo mi chiquillo, Joaquín “Guti” y yo mismo, aunque hemos de reconocer que el resto llegó pronto (está mejorando algo la cuestión de la puntualidad) y logramos empezar a las 10:20, todo un record. No hubo descansos, ya teníamos cambios y como machotes que somos ni paramos ni nada de nada, así que nos metimos 100 minutos de partido entre pecho y espalda, ni los del Alcorcón se lo curran tanto. Tres niños por allí (Javier, Reyes y Jose Manuel jr.), se portaron bien y apenas dieron lata. Álvaro dejó de jugar a falta de 10 minutos debido a una torcedura en su pie, suponemos que sin mayor trascendencia. No había agua caliente en el vestuario y la fría que salía era un hilillo, así que fue un poco desastroso el apartado de “higiene” postpartido, esperemos que esto no se repita, porque es uno de los aspectos que más valoramos. Visita inesperada del amigo Juan que se tragó el partido entero y cuya pronta reaparición deseamos.
JUGADORES BLANCOS: Emilio Lora, Jose Galdón, Luis, Gabi, Josema, Fernando y Emilio Márquez.
JUGADORES COLOR: Roberto, Pepedu, Álvaro, Javi, Manolo Lora, Joaquín “Guti” y yo mismo (JM-4).
CÓMPUTO TEMPORADA 2009-2010: 5 VICTORIAS COLOR, 2 VICTORIAS BLANCAS.
Jose Manuel.
15 comentarios:
Mi enhorabuena again, (es que vengo of Gibraltar y algo se me ha pegado...)
No se cómo me encontraré para el sábado, hoy por hoy tengo un trancazo que me tiene con paracetamol alternado con nolotil
Ignoro si los monos gibraltareños (que por cierto, uno acabó subido a mi espalda...) me han trasmitido alguna enfermedad o virus...Lo cierto es que en cuanto me baje de lo alto del armario y me coma un par de plátanos, iré a que me vea el veterinario.
Si voy mejorando para el sábado, contad conmigo. Ya os avisaré.
Yo voy. Por cierto, para el siguiente partido propongo que el equipo de color juegue a la pata coja. (no por hacer leña del árbol caído sino para evitar las patadas del Emilito Márquez en un 50%)
HE LEIDO SÓLO LA PRIMERA LÍNEA DE LA CRÓNICA. ANTE LA FALACIA ESCRITA HE DEJADO DE LEER: EL COLOR PREDOMINANTE EN TODOS LOS PARTIDOS ES EL BLANCO. DE HECHO CASI SIEMPRE TIENE QUE CAMBIARSE ALGUNO LA CAMISETA PARA JUGAR DE COLORIN
Puede que lo que diga Emilio sea cierto.
Incluso puede que venga esa costumbre (que vengan más de blanco) desde los tiempos en los que los cristianos, cuando iban a ser ejecutados en las arenas de los circos romanos, se vestían de túnicas blancas (simbolizando al hombre nuevo tras el bautizo para la vida eterna), símbolo de martirio, de sacrificio, sin miedo a la muerte, con la esperanza de la resurrección.
Pues hoy igual, tan solo hay que cambiar las arenas de los circos romanos por las arenas del BW, pero las túnicas son las mismas y el resultado, el mismo, acaban siendo devorados por los fieras de colorines...y pese a ello, siguen confiando en la resurrección.
Qué santidad la vuestra. Os envidio.
Que no decaiga.
Emilio, a ver si leemos mejor... el color predominante entre las camisetas de color el pasado sábado era el rojo, eso era así, y más adelante señalo que los blancos abundaban y que uno se pasó con nosotros. No entiendo lo de la falacia, veo que aun escuece la goleada...
PUEDE QUE NO HAYA LEIDO BIEN, QUE ES MUY TEMPRANO. PERO EL BLANCO CREO QUE, SIN ENTRAR EN DISQUISICIONES TÉCNICAS (AUSENCIA DE COLOR O PATATIN PATATAN) ES UN COLOR. LO ÚNICO QUE QUIERO DECIR ES QUE NO SIEMPRE TODO EL QUE QUIERE JUGAR DE BLANCO LO PUEDE HACER. Y NO SÓLO ESO, SINO QUE SIEMPRE SALE PERDIENDO EL EQUIPO BLANCO CON LA DISTRIBUCIÓN. Y ESO LO DIGO DESDE LA MAYOR DE LAS OBJETIVIDADES, A PESAR DE JUGAR ASIDUAMENTE DE BLANCO Y NO TENER NINGÚN INTERÉS ESPECIAL EN JUGAR DE COLOR (DE HECHO SIEMPRE LLEVO UNA CAMISETA DE COLOR POR SI HICIERA FALTA).
Veamos, Emilio, dos cosas:
1. Me parece bien que no leas la crónica desde la primera línea porque no estás de acuerdo con una frase inicial. Particularmente me da igual quién la lea o no la lea, yo disfruto escribiéndola; es más, todos podéis escribir lo que queráis, crónicas o no crónicas, comentarios o lo que os apetezca. Eso sí, escribir cuesta tiempo y esfuerzo y despreciar el trabajo ajeno queda "feo". Ya he explicado que la frase se refiere al color predominante entre los jugadores que llevaban camisetas de un color distinto al blanco y era el rojo; más adelante señalaba que los "blancos abundaban" y eso ocurre algunas veces, no siempre.
2. "SIEMPRE SALE PERDIENDO EL EQUIPO BLANCO CON LA DISTRIBUCIÓN", esta frasecita tuya tiene varias lecturas. Eso qué significa: ¿Que Joaquín Guti es un gran jugador y al venirse de color por eso perdísteis? Pues sí, tienes razón, os marcó dos goles y jugó a un gran nivel. ¿O significa que el resto de jugadores blancos que os toca en la distribución no tienen tanto nivel y por eso estáis abocados a perder? Esto ya sería objeto de grandes controversias y no seré yo el que diga que un jugador u otro es mejor, ni se me ocurriría ni sería justo para nadie.
En fin, sin ánimo de polemizar, te digo que siempre siempre llevo una camiseta blanca en mi bolsa, que he jugado innumerables veces de ese color-no color, que en estas últimas temporadas y por seguir un poco el "pique" (siempre de buen rollo) me pongo las de colores no blanco, pero eso no significa absolutamente nada. Si quieres, el próximo día jugáis 8 de blanco y 6 de otros colores, a ver si así nos ganáis...de buen rollo, eh!, de buen rollo...que ya sabes que nos apreciamos mutuamente y que esto no sale del ámbito futbolero, como no podía ser de otro modo.
Paz.
No se puede luchar contra los elementos.El equipo de color, es el equipo de color...
Sirva también este correo para que todos valoremos lo que hace Jose, que coño, ponerse a escribir todas las crónicas sin repetirse, con un tono imparcial, con referencias cinéfilas que tanto nos enseñan, y siempre manteniendo la objetividad en medio del buen rollito, no es tarea fácil.
Ole tus güevos.
¿Que el Jucho se ha fumado a un romano liado en una túnica blanca?
Me apunto. Gran película Apocalypse now y magistrales las escenas del ataque de helicópteros…
algo así...
el antibiótico que me estoy tomando tiene como efectos secundarios este tipo de diarreas mentales y no tan mentales...
Vamos a ver. Primero que estoy liado en el trabajo y no he podido contestar antes. Segundo que no pasa nada. Sólo he dicho lo que he dicho y ni siquiera pienso que sea culpa de nadie. Simplemente he utilizado la excusa de la primera frase para expresar lo que quería expresar. Y lo que digo lo comparte mucha gente.
Guti es un gran jugador, como todos los que estamos corriendo por esos campos los sábados por la mañana. Dije lo que dije y lo mantengo. Cada uno de nosotros tiene unas características y nos desenvolvemos mejor por unas zonas u otras. Algunos se desenvuelven mejor en la parte delantera, otros en la defensa, otros como yo en la barra del bar, etc... En partidos como el del otro día, había superpoblación de blancos defensivos y de colorines ofensivos. Javi suele jugar de blanco o de colorín, a requerimiento. Mira por donde nos hubiese venido muy bien, para compensar el nivel defensivo-ofensivo de los equipos. Y eso pasa en muchos de los partidos. Yo no tengo un sentimiento blanquecino tan arraigado como para que me quite el sueño perder uno o cuarenta partidos. Pero lo que veo me gusta constatarlo, para que quede en la consciencia colectiva. Vuelvo a repetir que no es culpa de nadie, pero lo que es, es. E influye claramente en los resultados que se producen.
Y digo lo mismo, que no tengo ánimo de polemizar ni estoy enfadado con nadie. Es más, si recuerdas, te dije que merecías echarte flores en la crónica del partido por tu actuación personal. Además siempre leo las crónicas, y prometo leer esta también.
Saludos cordiales
Vale Emilio, si estamos hablando entre amigos, "of course". Tiempo ha, allá por el año 1982, cuando empezamos estos partidos (eran sábados o domingos, dependía de lo que decidiéramos...bueno, entonces ni pagábamos por jugar, llegábamos a IFNI y si el campo estaba libre lo cogíamos y punto), echábamos pares o nones y elegíamos jugadores; se hacían equipos compensados, aunque si te elegían de los últimos el gesto se te torcía y pensabas "Pues no soy tan malo, éstos se van a enterar...". En definitiva, que sí queremos compensar los equipos (siempre habrá alguien que diga que no hay descompensación alguna) pues podemos volver a esa vieja tradición electiva (de un modo diferente, distribuimos los jugadores en función de sus posiciones y equilibramos los equipos, aquí no hay nadie peor que nadie). Ya he dicho antes que siempre llevo una camiseta blanca por si acaso y como yo lo hace mucha gente y que no hay amor alguno a ningún color, sea blanco u otros.
PD. Ya veo que no has leído la crónica en su totalidad snif, snif. Te cito expresamente y para bien...saludos muy cordiales.
JOooooder
Como tengamos que echar a pares o nones los jugadores, me veo de cascarón de huevo...
No creo que a estas alturas pudiera soportarlo....
Muchas gracias por los alagos de ambos hacia mi persona, pero dejar de polemizar sobre los equipos, allï vamos a pasar un rato divertido con los amigos a tomarnos nuestras cervezas en el post y creo que lo de menos es el resultado, en los viejos tiempos sino mal recuerdo el equipo blanco (en el que yo jugaba y seguire jugando simepre que me quieran, por que esta dos semanas me han vendido por nada) saliamos derrotados por verdaderas palizas y en ningun momento teniamos la opcion de ganar como mucho alguna vez se empataba, asi que Emilio noi le des importancia a la derrota aunque estoy de acuerdo contigo en que algunas veces estan descompensados los equipos
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