sábado, 8 de octubre de 2011

CRÓNICA 08.10.2011 ("OÉ, OÉ, OÉ, OÉ...")

RESULTADO: 9-8 (SUPER VICTORIA COLOREADA)
CRÓNICA: A por ellos. Con dos cojones. No hay enemigo pequeño. Furia desatada. Inenarrable. Impresionante. Emocionante. Ojos cuasi empañados en lágrimas. ¡¡¡¡¡Gooooollllllll!!!!! en el último segundo, en el último suspiro, en el estertor del partido. Brazos arriba, alegría desbordada. Con estas frases resumo el partido. Pero no, tranquilos, que me extenderé algo más, no mucho porque tampoco tengo demasiado tiempo pero para narrar lo excelso siempre hay ganas y tiempo.

Vayamos al principio. A un lado seis blancos, auténticos pesos pesados (sin segundas...), gigantes del balón y experimentados futboleros con algunos partidos encima esta temporada. Al otro cinco coloreados esperando al principio a Manolo (cuya presencia no había confirmado, eso es cierto, no hubo espantá alguna) pero que decidieron enfrentarse al muro blanco al completo, sin cambio alguno. El equipo coloreado era un auténtico aluvión (Luis recién salido de su grave lesión que jugaba por primera vez desde noviembre de 2010, Dani Gaume que llevaba meses sin jugar, mi compañero Aticus que se sumaba también por primera vez a nosotros y, por último, Albert y yo mismo) y encima con uno menos. Crudo lo teníamos, Emilio amablemente comentaba que en un momento dado del partido uno de blanco se pasase a nuestro equipo pero decidimos declinar la oferta, tiraríamos para adelante con lo puesto. Y así empezamos, a ver que podía suceder.

A los 5 minutillos un tiro de Álvaro creo, rechaza en el poste (por cierto, los hubo a montones, en ambas porterías, no recuerdo tantos en un solo partido), choca en Luis y se cuela mansamente. Vaya, 1-0, de rebote pero gol. Ya perdíamos, era previsible, personalmente me parecía que nos perdíamos entre tanto corpachón blanco, ocupaban todo el campo y era realmente difícil combinar. Aun así, contando con la rapidez de Dani y la excelente aportación de Aticus logramos empatar el partido, 1-1; nuestra defensa también era sólida (entre Albert, Luis -con precaución pero entregado a la causa- y yo mismo conteníamos la marea blanca). En mi turno de portero entró otro gol de rebote, magnífico tiro de Eduardo al poste, choca conmigo el balón y para adentro, 2-1. Otra vez perdiendo. Un tiro fuerte de Dani tras buena jugada suponía un nuevo empate, 2-2. A partir de ahí los blancos literalmente nos cayeron encima, nos trituraron y nos dieron, como comúnmente se dice, "pal' pelo". No dábamos abasto y fue imposible detener el huracán desatado blanquecino, uno tras otro cayeron hasta cuatro goles en la portería coloreada, 6-2, aquello tenía visos de goleada. Algo pudimos recuperarnos, me tocó marcar el 6-3, menos daba una piedra. Eso sí, en ningún momento bajamos los brazos ni nos vinimos abajo ni empezamos a discutir, conocíamos nuestras limitaciones pero aun así confiábamos en nuestro buen quehacer. Fin de la primera parte tras 60 minutos.

Segunda parte, 30 minutos de reloj por delante, transmitidos cambio a cambio, segundo a segundo, nada que reprochar en ese sentido. El marcador se mantuvo unos minutos pero en cuanto los capitidisminuidos coloreados cogimos ritmo y combinamos con sentido, de modo directo, encarando la portería como es debido, empezaron a caer goles. De un modo simple, nos abrimos a las bandas y con pases al centro, con una rapidez endiablada, logramos marcar 3 goles, a cual más bello. 6-6, cara de pánico entre los blancos, no se lo podían creer, sus disensiones afloraban mientras nosotros a lo nuestro, a seguir jugando porque no estaba el trabajo hecho, ni mucho menos. Efectivamente, creo que Eduardo y alguno más se encargaron de poner otra vez a los blancos por delante, con un par de goles, 8-6, al fin y al cabo era lo normal, no se les había olvidado saber jugar. Pero no, definitivamente no era su día. Un buen pase recogido por Albert supuso el 8-7, seguíamos ahí ahí. El culmen fue una jugada preciosa, fantástica, todos los jugadores coloreados, al primer toque, nos pasamos el balón desde el portero hasta los pies de Luis que, disparando como debía, lograba el inaudito 8-8, autoregalándose un bello gol el día de su reincorporación. Quedaban aun unos 10 minutos, le comenté a Eduardo que me conformaba con ese resultado y, en plan profético, me respondió "nos vais a ganar". Delfos queda lejos pero Eduardo hace sus pinitos.

Últimos 5 minutos, nuevamente me tocó de portero. Nervios, petición a mis compañeros para que defendieran como pudiesen (Aticus tocado del tobillo y hombro, Luis con su precaución lógica, todos cansados tras tanto stress), jugadas de ida y vuelta pero sin goles. 30 segundos para el final, hasta 3 blancos se plantan en un contraataque delante de mí, tienen una oportunidad muy clara para marcar pero el balón se les va un poco y logro hacerme con él; rápidamente se lo paso a un compañero y se van para arriba, combinan y, desde la portería, vislumbro como el balón, creo que empujado por Aticus en una jugada algo confusa entra en la portería, gritos de alegría desbordada, brazos en alto, desesperación blanca, no saben a qué o quién echar la culpa por perder un partido fácil, que tenían casi ganado. Ni sacamos del centro, no había tiempo para más. Los retos y las dificultades nos hacen crecer y los coloreados, sin una mala palabra en ningún momento, tiramos para adelante a pesar de la adversidad. Francamente, es uno de los partidos de los que estoy más orgulloso de haber ganado ya que en ningún momento bajamos los brazos y luchamos denodadamente hasta el fin.

INCIDENCIAS: día espléndido, césped demasiado arenoso aun, le hace falta algún día de lluvia. Muchos niños (los de Albert, Luis, Antonio y el mío) con algún altercado entre ellos. Como padre lo voy a decir claramente: hasta ahora no ha habido nunca ningún problema entre los niños y eso que ya han venido muchos niños durante unos cuantos años, todos sois testigos. Ya sé que las peleas son "cosas de niños" pero creo que, al menos en el ambiente donde nos desenvolvemos los sábados por la mañana (camaradería, respeto, amistad, tanto entre mayores como entre niños), los padres sí debemos intervenir activamente sobre todo cuando seamos conscientes de que nuestro hijo sea el implicado y además de modo agresivo hacia los demás. No digo más, entendedlo como queráis pero a los niños hay que reconvenirles adecuadamente, no cabe dar instrucciones desde lejos. Por lo demás, cerveza alegre en la Viña, conversaciones típicas de TÍOS (fútbol, mujeres, con visión de videos a través de iPhone incluida), hacía tiempo que no recordaba un cierre sabatino con tantas risas. Hasta el próximo.
EQUIPO BLANCO: Emilio, Álvaro, Eduardo, Antonio Morales, Fernando, Joaquín "Guti".
EQUIPO COLOREADO: Dani Gaume, Albert, Luis, Aticus y yo mismo (JM-3).
CÓMPUTO TEMPORADA 2011-2012: 3 VICTORIAS COLOR, 1 VICTORIA BLANCA.
Jose Manuel.

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