Sábado, 29 de diciembre de 2012. Días antes mi hermano Javi me había comentado que se iba a la Subbética ese día para, con sus colegas de la Peña el Mollete, realizar su tradicional travesía ciclista de invierno por esos lares. Este año incluían una novedad: una ruta a pie por los mismos parajes para un grupete escindido del pelotón. Inmediatamente consulté su blog y comprobé que la ruta era muy atractiva, por unos lugares que, salvo la tradicional visita a Zuheros y su Cueva de los Murciélagos, desconocía. El ponor, las chorreras, el poldje, la nava, el Cañón del Bailón, la estación de Cabra, todo sonaba bien. Como yo tenía muchas ganas de caminar por el campo me apunté ipso facto y gracias a la hospitalidad y amabilidad de los "molleteros" fui inmediatamente aceptado para formar parte de la expedición de la Peña más añadido (yo mismo) para surcar esos parajes.
7:30h. Bien abrigadito, me recoge Javi en Sevilla y partimos para Cabra. 5, 4, 3, 2, 1, el termómetro era una cuenta atrás, 0, -1, -1,5º, los campos escarchados, qué frío. Llegada a la Estación de Cabra en la Vía Verde sobre las 9:20 h y primeras presentaciones de los compañeros ciclistas y senderistas de la Peña. Tradicional desayuno (menuda tostada de aceite y tomate me metí entre pecho y espalda, descomunal) e inicio de la ruta para los dos grupos.
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ERMITA VIRGEN DE LA SIERRA, CABRA |
10:15h. Junto con Salva (todavía no me atrevo a llamarle el Sr. Obispo...), Miguel Juan y Paco (creo que hay otros Pacos en la Peña, en este caso es el Paco de los duathlones) comencé a andar, regulando los bastones (era la primera vez que los usaba y vaya si lo hice). Tenía que haber pedido antes los Curriculum de mis compañeros de fatigas porque si lo llego a saber...a unos cuantos metros de la Estación egabrense nos salimos de la Vía Verde y enfilamos el camino de subida a la Ermita de la Virgen de la Sierra (camino de Góngora se llama, internet dixit). Al principio era una subida aceptable, luego aquello se iba empinando y, por último, el sudor me empapaba, el esfuerzo era grande, la tostada con el puñetero colacao iba haciendo la ola en mi estómago, sudaba como en un baño turco...y la ermita allá en lo alto, inaccesible, aun lejos, muy lejos. Desde luego no me imagino a Góngora ni subiendo en un burro por allí y andando ni te cuento. Mis compañeros de excursión, como si nada, a su ritmo. Creo que Salva, haciendo honor a su apelativo, se apiadó de mí y propuso una parada para "quitarnos ropa y ver el paisaje que quedaba a nuestra espalda". Fuera chaquetón y gorro de lana. Reanudamos la marcha, Miguel Juan se hinchaba de hacer fotos, yo no hice ni una y me acogotaba porque a lo lejos veía el camino y no daba crédito; tras una verja, había una pendiente (creo que era la del 23% que me había comentado Javi) sin descanso ninguno y además larga, nada de repechito. Ya metidos en la pendiente me iba quedando atrás, aguantando como podía el ritmo infernal de mis compañeros, adelantamos a tres chavales ciclistas que habían tenido que poner pie a tierra (luego me enteré que Javi había subido "aquello" sin ni siquiera usar el piñón más grande), yo usaba los bastones como si escalara el Everest, clavándolos y apoyándome en ellos para impulsarme hacia arriba. Lo logré. Salva hablaba de yeguas y caballos de una finca próxima, inasequible al desaliento. A la izquierda, aun más alta, estaba la ermita de la Virgen de la Sierra. En casa consulté el desnivel, igual me equivoco, pero desde la estación hasta el punto más alto que llegamos fueron unos 650 m en unos 4,5 km, fuertecito...
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VISTAS DESDE EL CENTRO DE ANDALUCÍA |
11:25h. La vista era magnífica. Salva iba desgranando las cimas que veíamos (la Tiñosa, la Maroma) y al fondo Sierra Nevada refulgía con la nieve de sus cimas, perfectamente identificables (Caballo, Veleta, Mulhacén, Alcazaba, Cerro de Vacares, etc). Saqué mi móvil para hacer algunas fotos y, en cuanto me descuidé deleitándome con las vistas, mis compañeros me sacaban ya 100 metros, ¡adelante, adelante! parecía su lema. Era lo lógico, nos quedaba aun mucho camino con un horario que cumplir. Esta vez bajábamos camino de la Nava, lugar espectacular rodeado de cimas, un valle donde se acumula el agua, encharcado y llano.
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LOS MARCHADORES EN ACCIÓN |
Durante un buen rato seguí haciendo la "goma" con el triunvirato de senderistas, llevaban una marcha que parecía rememorar la retirada alemana de Rusia tras Stalingrado. Por supuesto adelantamos a otros senderistas, recordaba el consejo "en la montaña hay que hidratarse continuamente" pero yo no les veía beber agua (y yo con litro y medio en la mochila, bebiendo en plan clandestino). Eso sí, el aire era puro, no se oía nada y, aunque había nubes amenazadoras, no se preveía el uso de chubasqueros.
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PONOR, SUMIDERO O "BUJERO" |
El famoso ponor, sumidero o "bujero" estaba cerca. "Po no" lo íbamos a ver. A la altura donde debíamos desviarnos estaba aparcado un todoterreno de la Junta, con un guarda. En tono amistoso nos informó que el ponor se encontraba en terreno privado y que además estaban haciendo una batida para cazar jabalíes, así que nos "desaconsejaba" su visita, era mejor que siguiéramos adelante para ver las chorreras. Como somos gente de bien y pacífica no quisimos enarbolar derechos de paso ni historias, aunque estaba claro el contubernio del guarda con los cortijeros de turno. Pues, ¡hala! toma foto, los ciclistas del Mollete fueron por otro lado y dejaron testimonio gráfico de cómo la tierra se tragaba el riachuelo.
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CUANDO DIGO LO DEL FRÍO... |
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CHORRERA Nº 1 |
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CHORRERA Nº 2 |
12:30h. ¡Izquierda, izquierda...izquierda, derecha, izquierda! Con el soniquete de marcha militar para marcar el paso conseguía mantenerme cerca del grupo de cabeza (o sea, los otros tres) hasta que nos detuvimos para contemplar un riachuelo con las orillas heladas. Hacía frío, daba gracias a mi chaquetón y gorro de lana por acompañarme desde que coronamos la cuestecilla de la ermita. Me daba la sensación de que dejábamos la nava atrás, lo que nos quedaba por delante parecía más abrupto. Inmediatamente giramos y nos encaminamos hacia las chorreras, sorprendente salto de agua (bueno, eran dos aunque circulan leyendas de que son tres pero ni Salva ha encontrado la última) que sólo "funcionan" cuando ha llovido. "Pues según me cuentan lo suyo es verlas lloviendo" afirmaba nuestro inestimable guía; como escarpias se me pusieron los pelos de pensar que, además de "arrecío" y "helado", lo suyo para ver las chorreras en su esplendor era ir pues eso, chorreando. El paraje merecía la pena, esa es la verdad; rodeado de encinas y bosque bajo, ver esas dos cascadas de agua relajaba y te forzaba a agradecer que nadie hubiera tocado más de la cuenta un lugar como aquél.
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ESCONDIDOS EN LA CHORRERA Nº 2 |
Nos tomamos nuestro tiempo para tomar algunas fotos, yo bebí agua (sacar las almendritas y las nueces ni me lo planteé) y al poco tiempo reemprendimos la marcha. Atravesamos el bosquecillo, dimos nuevamente con el sendero y comenzaron las llamadas. "¿Por dónde andáis?" me preguntaba Javi. "A bueno has ido tú a preguntarle" pensé. "Creo que ya mismo enfilamos el cañón del Bailón" me parece que le contesté mientras se entrecortaba la voz. En fin, tardamos aun un buen rato en llegar al cañón, tras pasar una zona de barro pegajoso que convertía nuestro calzado en botas de buzo. Más o menos se intuía el desfiladero, verdaderamente formidable, con las rapaces y supongo que algún buitre revoloteando, húmedo y frío, con el lecho del río helado en su primera parte, con un sendero estrecho y resbaladizo, con zonas cubiertas a veces con vegetación de los árboles circundantes. "Pues por aquí ha bajado tu hermano Javi en bici" afirmaban aun asombrados mis compañeros de caminata; "valor tiene", pensé. Lo cierto es que el camino era precioso, con esas altas paredes delimitándolo y el agua clara del río formando pozas. Pasamos distintas cuevas, la más conocida la del fraile, con escaladores agarrados a las paredes. "Diez minutos, llegamos en diez minutos" escuché a algún compañero que contestaba a alguna de las insistentes llamadas del resto de la peña. Ni volando hubiéramos tardado 10 minutos.
14:45h. Zuheros asomaba, mi móvil ya no me permitía hacer fotos y le pregunto a Salva, "¿Dónde tienes el coche?". "Ah, en Doña Mencía, a unos 4 km". Glub, arreando que es gerundio. Terminó el cañón del Bailón y enlazamos con la Vía Verde a los pies de Zuheros, enfilando hacia la estación de Dª Mencía. Las vías verdes normalmente no tienen apenas pendiente por aquello de que se construyeron para el paso del ferrocarril; pues bien, yo juraría que el tramo entre Zuheros y Doña Mencía incumple ese máximo de pendiente y algún grado más le habían metido porque era una auténtica cuesta arriba, al que sumar el martirio de una ampolla en un talón (y mira que he hecho kms con estos zapatos de trekking) y el calor del ahora dichoso chaquetón. Pero llegué, alguna carrerilla me eché para que el grupeto no se me distanciara mucho. Allí estaba la estación de Doña Mencía, más o menos 20-22km desde la salida; eso sí, el horario no lo habíamos cumplido, las 15:30 creo recordar que eran. Cerveza hiperrápida y para los Pelaos, que el resto de la peña estaba desesperada y desfallecida esperando la vuelta de los marchadores.
La comida fue muy agradable, perfecta si no tratas de seguir ninguna dieta absurda de esas que pululan por ahí. Hacia tiempo que no comía chorizo, morcilla y lomo de orza en una misma sentada, acompañada del flamenquín, también "ligerito". La cerveza y el chupito ayudaron a trasegar la comida. La vuelta hasta Sevilla bien, auténticamente derrotado y dolorido pero contento de haber disfrutado de un día como éste en buena compañía.
Por último, sólo me queda agradecer a la Peña el Mollete el magnífico trato que me dispensaron y el que pudiera disfrutar de un agradable rato con un estupendo buen ambiente. Por supuesto, un saludo muy especial a mis tres compañeros de marcha; me encantó el camino y por supuesto que repetiría y espero que haya ocasión de hacerlo.
Jose Manuel.
1 comentario:
Bueno Señores, me comento a mí mismo. En los siguientes enlaces, que también figuran en la columna de la derecha del blog, podéis encontrar más información sobre la ruta realizada, así como fotos de ese día.
http://laseptimaescuadra.wordpress.com/
http://elmollete.wordpress.com/
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