ENLACE MAGNÍFICA CRÓNICA BLOG MOLLETE: http://elmollete.wordpress.com/2013/06/02/una-cronica-de-la-subbetica-de-primavera-2013/
(texto y fotos)
CRÓNICA CICLISTA:
“Aclaro:
1. Aunque se vaya a un ritmo tranquilo, a veces muy tranquilo,
con sus paradas para fotos y demás, las 4 horas en bici no os las
quita nadie, con lo que eso tiene para quien no está acostumbrado de
dolor de culo, de espalda y por supuesto, de piernas [...]
2. El recorrido no lo conozco, pero
no suelen hacerlo duro porque tampoco es la filosofía de la
Subbética. Se trata de pasar un día de excursión ciclista, ver
paisajes y comer bien, sobre todo esto último. Puede
haber alguna cuesta, aunque
segurísimo que no la que tú subiste a pie Jose, pero si no se puede
subir en bici se sube andando y ya está, por eso no hay ningún
problema.
3. Salva conoce perfectamente la zona, por lo que si en
un momento dado veis que no podéis seguir, o estáis un poco hartos,
siempre os puede indicar una alternativa más corta [...]
(Sicum dixit Javier el Routier,
23/05/2013, correo dirigido a
sus crédulos hermanos)
80 km con el siguiente recorrido: Lucena, Cabra (desayuno en la
estación), Doña Mencía, Zuheros, todo ello por la vía verde, de la que
nos salimos para pasar por Luque y, por una carretera local, a El
Esparragal y Zagrilla Alta, donde comeremos. Continuaremos por caminos
entre huertas y campos de membrillos hasta salir al pie del Mojón, que
subiremos como el año pasado por la carretera vieja, pasaremos por Los
Pelaos , bajaremos a Cabra por el camino de San Marcos (el
de siempre), y de ahí por la vía verde de vuelta a Lucena.
(http://elmollete.wordpress.com/, 26/05/2013, Salva dixit)
Esa era la información más múltiples aclaraciones que Javi nos hizo sobre el funcionamiento de una bicicleta (cambios, pedales automáticos, etc), ropa, avituallamiento, etc., aparte de prestarme TODO el equipo, bici incluida. Allá que decidimos asistir Luis y yo, convertirnos en ciclistas por un día para afrontar un reto como éste, con auténticos expertos curtidos en cientos de salidas ciclistas. Particularmente me apetecía cambiar de deporte y volver a probar la bici tras muchos años (¿será mi alternativa al fútbol?); además era una excursión atractiva aunque no investigué mucho lo del Puerto del Mojón, pensé que seguramente
tiraríamos por una vía llanita, esa "carretera vieja" que citaba Salva...no supondría mayor problema.
Agrupamiento en
Lucena a partir de las 9:30, saludos al resto de siempre atentos miembros de la Peña, primer café o zumo y a pedalear. No pude evitarlo y la tonadilla de Verano Azul empezó a salir en forma de silbidos; me situé desde el principio en cola
de pelotón (éramos 9), a conservar fuerzas para los 80 kms (finalmente 81 kms). La Vía Verde era llana, para eso circulaba un tren en su momento, aunque siempre tengo la sensación de que voy cuesta arriba. Un primer susto (caída del
juvenil, nada, como si fuese de goma) aumentó nuestra atención al camino.
Examiné una vez
más mi CV ciclista: dos veces que fui desde Sevilla al Ronquillo en
1983 con compañeros de COU (bajándome en las cuestas y subiendo
tramos a pie), otra vez que fui a Los Palacios supongo que por 1985 y
bici de paseo para desplazarme por Sevilla que abandoné en 1990.
¡Ah, bueno, y el 30 de mayo de 2013 que cogí la bici que me prestó
Javi para ir a la Subbética e hice unos 12 kms con mi hijo de 12
años por el Parque Infanta Elena! Diría que mi CV era escasillo y
me embarcaba para hacer 80 kms con un grupo de expertos en MTB. Ya me
valía a mí, hasta mi hermano Luis estaba entrenado y se había
hecho cuarenta y tantos kms. tan sólo hacía dos días.
Con los cambios no me
aclaraba, tenía que pensar a qué palanca le daba y para dónde y varias veces me equivoqué, metiendo un desarrollo más fuerte. Pensé que era la primera vez que cogía una MTB, con el tiempo automatizaré los cambios, digo yo. Eso me pasó en el hundimiento de la Vía Verde, entré con un desarrollo
totalmente inadecuado y pie a tierra...Javi, como hermano y buen caballero molletero, me aconsejaba, plato mediano, piñón
cómodo pero no el más pequeño, es lo mejor para el llano.
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INICIO SUBIDA ZUHEROS |
Llegamos a Cabra, con su estación art decó y sus trenes del siglo XIX-XX. Desayuno a lo
grande, vaya con la tostada estándar...Javi se largó a subir el Picacho de Cabra, con pendientes del 23% o más, recuerdo que yo las pasé canutas para subir andando en diciembre...
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LA SUBIDA CONTINUABA... |
A partir de ahí ya me empezaba a doler
el traserillo, las piernas bien, afortunadamente. Pasada Doña Mencía y con Zuheros a la vista en la primera bajada evidente de la Vía Verde, el jefe de la expedición propuso subir a Zuheros para tomar algo. ¡¡¡Meted tó el jierro!!! aconsejaba Salva en cuanto enfilamos el pueblo. Ni hierro
ni nada, las cuestas eran tremendas, a palo seco, pedaleabas como un desesperado para avanzar unos centímetros, no sabía si nos
habíamos metido en contramano; cuando vi a un compañero echar pie a
tierra hice lo mismo, el caso es que estábamos ya arriba, apenas a
unos metros de la plaza de Zuheros. “Alguna cuesta”...
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POR ESE CAMINO ÍBAMOS (VISTA DESDE ZUHEROS) |
Tras hidratarnos debidamente, como dicen los ciclistas (vulgo beber aquarius o similar), salimos para Luque con un primer descenso de Zuheros, ¡glub!, demasiada velocidad para mí. César me
había explicado con detalle las cuestas que nos faltaban para llegar a Luque y, cambiando como pude, logré llegar sin mucho retraso. Allí se efectuó el reagrupamiento, es
decir, yo mismo que me reagrupé con el grupo que ya se había
agrupado tiempo ha.
Con la incorporación de Javi ya estábamos todos. A partir de aquí
la “goma” que continuamente iba realizando con los más rezagados se partió y me quedaba atrás sin remisión.
Alguna cuestecilla más saliendo de Luque y descenso también temible hacia el
Esparragal; era lo que peor llevaba, me transmitía sensación de
inseguridad, frenaba constantemente pero nunca en las curvas, eso lo sé.
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RECESO EN ZUHEROS |
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CASTILLO DE ZUHEROS (ANTIGUA SUJAIRA) |
Estaba tan concentrado que un coche me pitó para pedirme paso y me sobresaltó. Javi iba y venía; llegaba el primero donde fuese, se daba la vuelta e iba hasta el último, que era yo, para ver si podía seguir. Siempre le decía que sí, que "a mi ritmo, sin cebarme...". César, otro buen caballero molletero, me esperaba en el cruce hacia
Esparragal y Zagrilla Alta; fuimos charlando cuesta arriba hasta que
tomó algo de ventaja (vaya con la doble curva del cementerio,
empinadita) y, por fin, apareció Zagrilla Alta y bien alta, yo venía
como si hubiera subido primero el Aubisque y luego el Tourmalet. El
caso es que las piernas bien, era el traserillo lo que más me dolía
y molestaba. Me había ido dosificando, ya no me fiaba, el puerto del
Mojón me acogotaba, porque si lo de antes no era un puerto...
Comida relajante en
un marco curioso, con un manantial brotando a nuestros pies y
rodeados de tranquilidad, ni moscas había (tan alto no llegan). La
chiquillería del pueblo se entretenía cazando bichos en el
riachuelo mientras que los mayores, a la sombra, veían pasar el
tiempo. Nosotros, a lo nuestro, a comer productos autóctonos
(cervezas/refrescos, salmorejo/ajoblanco, morcilla, chorizo, lomo de
orza, flamenquines/entrecot, postre, café, chupito, nos faltó el
puro y el cubata para redondear la comida) mientras, entre otros temas, el Mollete
rememoraba sus andanzas pasadas. “Juraría que los ciclistas en sus
etapas no comen este menú” pensé aunque, total, ¡era yo ciclista
ni “ná de ná”!.
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SOBREMESA RELAJADA EN ZAGRILLA ALTA (BENDICIÓN "URBI ET ORBE") |
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EL TRIUNVIRATO TRAS LA OPÍPARA COMIDA |
Abandonamos
Zagrilla Alta (sobre las 16:30) y, comandados por Salva, pronto nos
aventuramos por pistas de tierra, en un suave sube y baja que,
repentinamente, se cortó ante la visión de un arroyo crecido que
debíamos atravesar. Salva comentaba que no lo esperaba, “aquí
había un vado”. Alguien propuso descalzarse para cruzar o buscar
un paso más arriba aunque la mayoría optó por cruzar con
zapatillas y bici al hombro, ya se secarían durante el camino. Otra
sorpresa más...
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PUERTO MÍTICO (para mí, seguro) |
Seguimos por
aquellos andurriales y llegamos a la carretera “general”, con
destino a Cabra y el famoso puerto del Mojón (792m). No sé por qué,
qué cosas, mi hermano Javi me dijo “tira para adelante” que ya
te alcanzaremos. Dicho y hecho, mientras se agrupaba el Mollete en
pleno en torno a un puente califal del siglo X que nadie logró ver
empecé a pedalear y pronto la carretera se empinaba. “¿Será esto
ya el puerto?” me pregunté. Durante unos minutos fui cabeza de
carrera, maillot amarillo, tête de course, el PRIMERO; duró poco. Javi me pasó como
una exhalación, luego el resto, poco a poco. “¿Vas bien?” era
la pregunta. “Sí, voy tirando, a mi ritmo, sin cebarme...”. Algún km más
adelante vi un buen quitamiedos y me paré, quería beber agua (en
marcha no me atrevía con los coches zumbando tan cerca, la falta de
costumbre) y estirar las piernas, las posaderas me machacaban. Cuando
reanudé la marcha, a los pocos metros nuevo cruce y otro caballero
molletero, Don Salva, me esperaba apoyado en el cuadro. “Por aquí,
por la carretera antigua”.
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LA CARRETERA ANTIGUA DE SUBIDA AL MOJÓN (UN TRAMITO) |
Allá que empezamos la subida,
charlando y al poco tiempo Javi que aparece de nuevo; había subido,
bajado el puerto y otra vez lo subía. Se cercioró de que tiraba
para arriba (Salva se acopló a mi ritmo, no yo al suyo) y, en cuanto
subí la cabeza, desaparecía a lo lejos. Ya cerca de la
incorporación a la carretera “general” me paré de nuevo a la
sombra de una higuera para tomar agua y solazarme con la vista; Salva siguió, “te queda
poco para coronar”. Lo conseguí, me detuve para fotografiarme
junto al cartel de mi primer puerto de 2ª categoría y, una vez
reanudada la marcha, nuevamente apareció Javi subiendo para
indicarme que en los Pelaos estaba el resto, hidratándose...
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TENGO QUE COMPRARME OTRAS GAFAS... |
¿Y cómo puedo
calificar la bajada desde los Pelaos hasta la Vía Verde? Ufff,
cuando uno va cansado es peor aun porque el cuerpo no te responde
como quieres, aparte de mi falta de destreza bicicletera. Reconozco
que frenaba como un descosido, demasiada velocidad para mí y esas
piedras saltando o esos surcos en la pista me daban pánico por el
posible derrape, aparte de que había gente que subía e incluso
algún coche en la parte final. Desde el viaducto me hacían señales
los siempre atentos miembros de la Peña indicándome por dónde
subir a la Vía Verde y enfilar esos últimos 10 kms hacia Lucena.
Aquí las piernas ya me dolían y no pude mantener el ritmo de los
que me precedían, incluso otra vez eché pie a tierra en el
hundimiento de la Vía, esta vez porque me desequilibré. En el último cruce antes de Lucena nuevamente algunos caballerosos miembros de la Peña o asimilados como mi hermano Luis me esperaban para indicarme el postrer y último tramo de callejeo por Lucena para alcanzar el ansiado final, el finis terrae, los últimos metros, el culmen de un día de vivencia ciclista realmente duro pero apasionante.
¿Volveré? Pues no lo sé, cuando llegué a casa el dolor era intenso en el trasero y las rodillas, dormí regular, acartonado y sin saber como ponerme. Han pasado los días y esa parte la tengo olvidada y sí, me apetecería volver a "ciclar" llanos, cuestas y descensos pero con una preparación mínima aunque...aguanté/aguantamos Luis y yo como dos auténticos mascahierros...
Un saludo para todos, gracias por estar atentos y vuestra proverbial amabilidad y compañerismo. Especialmente destaco a mi hermano Javi por ser mi auténtico guía y preparador personal y a mi hermano Luis por compartir con nuestras incertidumbres esta primera salida, que espero no sea la última...
Jose Manuel