Como aficionado al fútbol, he de reconocer que comentarios como los realizados por José María Del Nido a la hora de arengar a sus huestes suenen prepotentes al resto de personas. Asume un riesgo evidente de mofa y varapalo en cuanto los resultados no han producido el efecto deseado: que el SEVILLA F.C. derrote al rival. Lo de "comerse al león desde la cola hasta la cabeza" (o algo similar)es una frase arriesgada no sólo por la transformación a la que fue sometida por el público bilbaíno (lo puso a huevo, la verdad), sino porque el león simplemente puede cumplir con su misión natural: comerte a ti, en este caso, a Del Nido. Y así lo hizo: el Athletic se comió al Sevilla y a Del Nido (¡Enhorabuena Javi!). Pero como sevillista, entiendo perfectamente el discurso. Su tono irrita a los contrarios y es otro riesgo que el presidente asume, pero busca simplemente hipermotivar a sus hijos futboleros. No nos engañemos. Del Nido se lo busca osadamente, pero existen interesados en vapulear la imagen de Del Nido por el simple hecho de estar orgulloso de su sevillismo. Aunque tras lo obtenido en los últimos años le empuje inevitablemente a tocar la vanidad futbolística, no es la persona más prepotente que exista. Del propio dirigente del Betis, recordad frases del tipo "hay gente que no tiene ni para comprarse una tienda en Vilyma" refiriéndose con un menosprecio y falta de respeto totales a la situación no muy boyante por la que pasaba el Sevilla no hace muchos años. Recuerdo que los seguidores verdiblancos llevaban con mucha dignidad el ser poco pudientes en épocas pasadas y el representar a una especie de masa proletaria que se alzaba orgullosamente ante el sector más engreído del sevillismo. Sevillista como soy, no de los mejores por supuesto, pero con un sentimiento de cariño hacia mi equipo muy grande, he contemplado con decepción cómo los béticos dejaron de sentirse humildes y creyeron que Lopera les traería la miel, empezaron a burlarse de las dificultades económicas del Sevilla y renunciaron a su condición de equipo del pueblo. En nuestro Sevilla, hay prepotentes pero también caballeros y gente sencilla y sensata, como en todo lugar. Que nos sintamos orgullosos de nuestro equipo y nos lleve a arrojar frases como las vertidas por el presidente constituyen una acción estratégica de implicación en una eliminatoria como la vivida el 4 de marzo y que desafortunadamente exaltó más al equipo vizcaíno que nos comió bien comidos. Y ya está. No pasa nada. Termino identificándome. Soy Fran, el sevillista. Pues parece que sólo escribe uno. ¡A ver si os animáis el resto!
Amigo Fran Patricio, sí que te has currado el comentario. De todos modos, creo que para animar a las huestes propias no hace falta mencionar a los equipos ajenos ni a sus símbolos, como hizo el presidente del Sevilla. Para animar o animarse podía simplemente destacar las virtudes de su equipo sin mentar al contrario; en fin, mal hecho y su varapalo se ha llevado. En cuanto al otro presidente, pues qué te voy a decir, otro impresentable de la cabeza a los pies, todavía recuerdo aquello de las "criaturitas" referido a los aficionados que se sentaban en las gradas de su "estupendo" estadio. Lo peor de todo es la imagen que transmiten ambos de la ciudad de Sevilla, no me extraña que nos sigan tomando a risa. Termino, me alegra que intervengas por aquí y a ver si se anima el resto, parece que ninguno terminó la EGB y no saben ni escribir...
Totalmente de acuerdo contigo Jose. A ver si toman buena nota los dirigentes futbolísticos locales de la elegancia que debe existir en algún lugar del fútbol, aunque creo que no hay demasiados ejemplos. Trataré de ser más breve en los próximos comentarios. Hasta pronto amigos.
4 comentarios:
Jiménez: "El representante"
Como aficionado al fútbol, he de reconocer que comentarios como los realizados por José María Del Nido a la hora de arengar a sus huestes suenen prepotentes al resto de personas. Asume un riesgo evidente de mofa y varapalo en cuanto los resultados no han producido el efecto deseado: que el SEVILLA F.C. derrote al rival. Lo de "comerse al león desde la cola hasta la cabeza" (o algo similar)es una frase arriesgada no sólo por la transformación a la que fue sometida por el público bilbaíno (lo puso a huevo, la verdad), sino porque el león simplemente puede cumplir con su misión natural: comerte a ti, en este caso, a Del Nido. Y así lo hizo: el Athletic se comió al Sevilla y a Del Nido (¡Enhorabuena Javi!). Pero como sevillista, entiendo perfectamente el discurso. Su tono irrita a los contrarios y es otro riesgo que el presidente asume, pero busca simplemente hipermotivar a sus hijos futboleros. No nos engañemos. Del Nido se lo busca osadamente, pero existen interesados en vapulear la imagen de Del Nido por el simple hecho de estar orgulloso de su sevillismo. Aunque tras lo obtenido en los últimos años le empuje inevitablemente a tocar la vanidad futbolística, no es la persona más prepotente que exista. Del propio dirigente del Betis, recordad frases del tipo "hay gente que no tiene ni para comprarse una tienda en Vilyma" refiriéndose con un menosprecio y falta de respeto totales a la situación no muy boyante por la que pasaba el Sevilla no hace muchos años. Recuerdo que los seguidores verdiblancos llevaban con mucha dignidad el ser poco pudientes en épocas pasadas y el representar a una especie de masa proletaria que se alzaba orgullosamente ante el sector más engreído del sevillismo. Sevillista como soy, no de los mejores por supuesto, pero con un sentimiento de cariño hacia mi equipo muy grande, he contemplado con decepción cómo los béticos dejaron de sentirse humildes y creyeron que Lopera les traería la miel, empezaron a burlarse de las dificultades económicas del Sevilla y renunciaron a su condición de equipo del pueblo. En nuestro Sevilla, hay prepotentes pero también caballeros y gente sencilla y sensata, como en todo lugar. Que nos sintamos orgullosos de nuestro equipo y nos lleve a arrojar frases como las vertidas por el presidente constituyen una acción estratégica de implicación en una eliminatoria como la vivida el 4 de marzo y que desafortunadamente exaltó más al equipo vizcaíno que nos comió bien comidos. Y ya está. No pasa nada. Termino identificándome. Soy Fran, el sevillista. Pues parece que sólo escribe uno. ¡A ver si os animáis el resto!
Amigo Fran Patricio, sí que te has currado el comentario. De todos modos, creo que para animar a las huestes propias no hace falta mencionar a los equipos ajenos ni a sus símbolos, como hizo el presidente del Sevilla. Para animar o animarse podía simplemente destacar las virtudes de su equipo sin mentar al contrario; en fin, mal hecho y su varapalo se ha llevado. En cuanto al otro presidente, pues qué te voy a decir, otro impresentable de la cabeza a los pies, todavía recuerdo aquello de las "criaturitas" referido a los aficionados que se sentaban en las gradas de su "estupendo" estadio. Lo peor de todo es la imagen que transmiten ambos de la ciudad de Sevilla, no me extraña que nos sigan tomando a risa. Termino, me alegra que intervengas por aquí y a ver si se anima el resto, parece que ninguno terminó la EGB y no saben ni escribir...
Totalmente de acuerdo contigo Jose. A ver si toman buena nota los dirigentes futbolísticos locales de la elegancia que debe existir en algún lugar del fútbol, aunque creo que no hay demasiados ejemplos. Trataré de ser más breve en los próximos comentarios. Hasta pronto amigos.
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